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ESTUDIOS PARA LA NO-<strong>VIOLENCIA</strong> 2<br />
autoritarismos y conflictos bélicos del siglo dejaba como rastro de sí ante la<br />
maquinaria de dar muerte, en la producción histórica de desigualdades sociales<br />
y los mecanismos de sometimiento (como son el adoctrinamiento, la disciplina,<br />
criminalización y represión) bajo supuestos de desarrollo y modernización, 6 los<br />
cuales operaron –y en gran medida siguen haciéndolo– como ejes discursivos<br />
de justificación, explicación o deslinde de las más variadas violencias: violencias de<br />
interacción (físicas, psicológicas o lingüísticas), violencias sociales (estructurales<br />
o simbólicas) y violencias organizadas (colectivas). Igualmente, en el marco práctico-social<br />
la instrumentalización de la violencia (por cuanto instrumento de<br />
sometimiento o de elevación histórica forzada de unos colectivos sobre otros o<br />
bien de medio de emancipación), 7 lo mismo que las teorías socio-ontológicas<br />
de la violencia (soporte versátil de los más variados racismos, xenofobias, antisemitismos<br />
y etnocentrismos) fueron llevadas a fuertes críticas bajo la construcción<br />
permanente de criterios y en la atención al desenvolvimiento social de la<br />
violencia. 8<br />
2. Actualmente, con la base de los estudios sobre la violencia y las posibilidades<br />
frente a ella, debe clarificarse que muchas de las acciones violentas<br />
y las maneras del daño que les son coestructurales extienden relaciones de<br />
continuidad, acentuación o transformación de la violencia en formas de actualización<br />
de paradigmas del pasado: colonización, autoritarismos, sistemas de<br />
empobrecimiento deliberado, enfrentamientos civiles, divisiones políticas y<br />
económicas del territorio, la manera de gestionar el conflicto y la resolución<br />
del mismo, distribución de la riqueza, y una extensa lista que nos permite<br />
insinuar que la manera de ver y tratar la violencia responde en distintas<br />
ed., Londres, Pluto, 2003, pp. 9-12; Rogelio Alonso, «Terrorismo y procesos políticos»,<br />
en José Sanmartín et al., Reflexiones sobre la violencia, Madrid, Siglo xxi, pp. 320-323;<br />
asimismo, Peter Marcuse, «“War on Terrorism” and Life in Cities after September 11,<br />
2001», en Stephen Graham, Cities, War and Terrorism, Malden, Blackwell, 2004, pp.<br />
263-274.<br />
6. Para clarificar estos términos, que no son objeto de la presente argumentación,<br />
véase Alain Touraine, Podremos vivir juntos, 2ª ed., México, fce, 2000, I. «La<br />
desmodernización», pp. 27-60.<br />
7. Véase Michael Staudigl, Phenomenologies of Violence, Brill, Boston Mass., 2014,<br />
«Introducción», pp. 1-4.<br />
8. Véase, paradigmatológicamente, el trabajo de Daniel Feirstein que es hoy día referente<br />
en esta construcción crítica en su obra El genocidio como práctica social. Entre el nazismo<br />
y la experiencia argentina. Hacia un análisis del aniquilamiento como reorganizador de las<br />
relaciones sociales, 2ª ed., Buenos Aires, fce, 2007, particularmente pp. 13-109.<br />
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