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ESPACIOS DE DESAPARICIÓN<br />
es así el resultado de configuraciones dinámicas de relativa permanencia, permanencias<br />
que no son eternas y por lo tanto la creación de lugares no queda nunca<br />
por fuera de la influencia del tiempo. Espacio y tiempo se vuelven impensables<br />
de manera disociada. Sin embargo, no todas las relaciones que atraviesan un<br />
espacio lograrán plasmarse como permanencias. 29 El espacio relacional debe<br />
pensarse de manera simultánea como resultado del consenso pero también de<br />
la disputa. Para que un tipo de entramado de relaciones sea central para la producción<br />
de un lugar debió previamente imponerse por sobre otros. 30<br />
Pensar los espacios de violencia a partir del espacio relacional implica<br />
reflexionar no solo sobre las dinámicas variables que los constituyen sino<br />
también sobre los actores involucrados en su producción y el lugar que cada<br />
uno de ellos posee en su producción. La construcción de espacios de violencia<br />
involucran una multiplicidad de actores: el Estado, los militares, los vecinos,<br />
los sobrevivientes, los familiares, los organismos de derechos humanos, los<br />
medios de comunicación, los intelectuales, los desaparecidos… Pero los discursos<br />
de estos diferentes actores no tienen el mismo peso ni circulan de la<br />
misma manera, cada uno de los discursos que intervienen en la construcción<br />
del espacio lo hacen de diferentes maneras. La violencia de Estado produce<br />
sedimentaciones que existen tanto en la materialidad del espacio como en<br />
el discurso de los sujetos, pero el espacio nunca habla por sí solo sino que se le<br />
hace hablar. No es que no existan fenómenos extralingüísticos, pero accedemos<br />
a las maneras de vivir, experimentar y representarse el espacio necesariamente a<br />
través de las prácticas discursivas. 31 En este sentido es central acceder al discurso<br />
de los afectados más directos para comprender de qué manera el espacio de la<br />
violencia es vivido e imaginado.<br />
El espacio que resulta de la persecución y posterior desaparición de los<br />
sujetos –y por consiguiente, la desaparición del entramado de relaciones que<br />
dichos sujetos constituían y sostenían– produce un espacio en particular. Este<br />
espacio, del que podemos tener experiencia hoy, es la condensación y coagulación<br />
en un punto de diferentes relaciones que se han impuesto por sobre otras. Sin<br />
embargo, el entramado de relaciones que logra imponerse no son más que consolidaciones<br />
de relativa permanencia que eventualmente se disolverán y darán<br />
lugar a la aparición de otras nuevas. Los espacios de desaparición que se analizan<br />
aquí son la condensación de un momento en que la relación de fuerzas era tal<br />
29. Cf. J. Murdoch, Post-structuralist Geography. A Guide to Relational Space, Gateshead,<br />
sage, 2006.<br />
30. Ibid., p. 20.<br />
31. L. Bialasiewicz, et al., «Performing Security: The Imaginative Geographies of<br />
Current US. Strategy», Political Geography, núm. 26, 2007, pp. 405-422.<br />
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