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VIOLENCIA 2

EstudiosParalanoviolencia2

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ESTUDIOS PARA LA NO-<strong>VIOLENCIA</strong> 2<br />

el cuidado común del cuerpo político, pero su práctica efectiva se funda en la<br />

multiplicidad de formas que puede cobrar el gozo comunitario e individual de<br />

un bien común. 42 Quizá valga la pena llamar a esto –siguiendo a Susan Buck-<br />

Morss– una ética de lo común. 43<br />

Ciudadanías nómadas contra los montajes de la violencia<br />

La habitación de una ciudad no es muy diferente a la habitación de cualquier<br />

otro espacio. No depende en realidad de las condiciones materiales<br />

del espacio físico, sino de las potencias corporales e imaginarias que uno sea<br />

capaz de desplegar en el proceso de habitarlo. La imaginación de la habitación<br />

de la ciudad es lo que nos conforma como ciudadanos; por eso mismo, son<br />

los instintos que gobiernan nuestra imaginación lo que determina nuestro<br />

posicionamiento en el juego de las relaciones de poder que han producido<br />

las formas materiales y virtuales de la violencia que rigen actualmente la<br />

organización política de nuestras ciudades. Una imaginación deseante, por<br />

ejemplo, nos sujeta con facilidad a los dispositivos de poder con los que las<br />

ciudades capitalistas garantizan el desarrollo de la cultura de consumo; sin<br />

embargo, también es una apropiada imaginación del deseo la que puede liberarnos<br />

del consumismo capitalista. Habitar una ciudad desde el deseo puede<br />

sujetarnos a una relación de dominación alimentada por los oscuros impulsos<br />

imaginarios del consumo y el auto-consumo, pero también puede liberarnos<br />

de dicha sujeción si encontramos el modo de revertir el efecto de poder de<br />

sus dispositivos mediante la liberación imaginaria y comunitaria del propio<br />

deseo. 44 Debemos aprender a realizar las habitaciones del deseo abriéndonos<br />

al libre juego de fuerzas que lo constituyen y que movilizan todo tipo de<br />

afectividades que van conformando la comunidad y lo común, los espacios<br />

y las habitaciones del deseo, su arquitectura y su tránsito. Justo de eso se trata<br />

la habitación poética de un espacio nómada. 45 El deseo de una ciudad implica la<br />

habitación poética de sus espacios, especialmente cuando logramos convertirla<br />

en un horizonte para la articulación de todo tipo de rebeldías y resistencias<br />

políticas; y para ello debemos lograr la imaginación de diversas formas de<br />

42. Cf.J.L. Nancy, La comunidad enfrentada, op. cit., p. 32.<br />

43. Cf. Slavoj Žižek (ed.), La idea de comunismo. The New York Conference (2011),<br />

Madrid, Akal, 2014, pp. 73-98.<br />

44. Cf. Jodi Dean, «Deseo comunista», en S. Žižek (ed.), La idea de comunismo… op.<br />

cit., pp. 93-131.<br />

45. Cf. G. Deleuze y F. Guattari, Mil mesetas… op. cit., p. 372: «Estamos ante algo que<br />

no se reduce ni al monopolio de un poder orgánico ni a una representación local, sino<br />

que remite a la potencia de un cuerpo turbulento en un espacio nómada».<br />

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