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ESTUDIOS PARA LA NO-<strong>VIOLENCIA</strong> 2<br />
¿Qué hacer entonces ante tanto desasosiego? ¿Qué patria, región o ciudad<br />
escoger para hacer virtuosa nuestra vida digna? ¿Cómo recuperar el espacio de<br />
recreo convivencial? ¿Cómo recuperar el verdadero sentido de mi oikos, como<br />
espacio legítimamente habitable? ¿Qué puede aportar la filosofía, más allá<br />
de los lugares comunes de la reflexión reiterativa frente al desastre humano<br />
causado por la violencia criminal? ¿Se pueden seguir reflexionando y aportando<br />
nuevos conceptos a la teoría de la violencia o este también se está<br />
convirtiendo en un tema de final agotamiento? ¿Qué alternativas prácticas<br />
puede sugerir la filosofía para paliar la lógica de exterminio?<br />
Tantos han sido los acercamientos filosóficos sobre la violencia que han<br />
llegado a constituir diversas teorías sistemáticas, generando desde un principio<br />
la idea de ser un tema ineludible de nuestros tiempos y nuestras disciplinas.<br />
Sin embargo, estos acercamientos han sesgado procedimentalmente las visiones,<br />
otrora sistémicas, que hablaban en tono metafísico, hasta llegar a reflexiones<br />
más casuísticas y prácticas, pero que no dejan de inscribirse en el campo de la<br />
filosofía. La misma circunstancia obliga a enfoques más tangenciales que den<br />
luz acerca de problemáticas extremas vividas en la actualidad y en nuestros espacios<br />
cotidianos. Este tipo de reflexiones de filosofía práctica han sido posibles,<br />
es justo reconocerlo, revisando aquellas teorías clásicas que aportaron conceptos<br />
y definiciones pero que sus reflexiones, siguiendo la tradición, partieron de una<br />
idea de violencia de Estado y pensaron este como el que legítimamente posee<br />
su monopolio.<br />
Por supuesto, la violencia siempre representa un ejercicio por el poder, sin<br />
embargo, debemos diferenciar el poder político que se acompaña de la figura institucional<br />
del Estado y el poder de los grupos criminales, aunque Agamben diga<br />
que son parte de y confirman la regla como formas de un estado de excepción. 12<br />
Ahora los intentos parecen ir en otro sentido, pues gran parte de los estudios<br />
actuales tocan aspectos referenciales de la violencia cotidiana. Algunos, por<br />
ejemplo, sobre los espacios habitables trastocados, otros sobre cuerpos violentados<br />
o las fosas clandestinas, otros más sobre la territorialidad criminal, o la<br />
representación simbólica de la mutilación corporal, los modos del asesinato o<br />
los rituales funerarios. Algunos más sobre culturas de transgresión, transfiguración<br />
de identidades por violencia criminal, entre otros.<br />
Lo anterior va configurando núcleos de análisis y posibles comunidades<br />
epistémicas encaminados a redefinir las posturas clásicas sobre la violencia,<br />
orientando a los especialistas académicos e instituciones relacionadas con este<br />
asunto en la revisión de posibles rutas, pautas y alternativas de soluciones, ante<br />
lo cual, su reflexión es ya una de ellas.<br />
12. Véase G. Agamben, Homo sacer I. Estado de excepción, Valencia, Pre-Textos, 2010.<br />
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