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VIOLENCIA 2

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<strong>VIOLENCIA</strong> CRIMINAL<br />

EN EL MÉXICO CONTEMPORÁNEO<br />

Juan Carlos Ayala Barrón<br />

Desarrollaré la presente aproximación desde tres vertientes. Una se refiere<br />

al narcotráfico y sus constructos culturales, la narcocultura, como campo de<br />

estudio para el pensamiento filosófico. Otra se refiere al daño infligido societalmente<br />

a través de los espacios convivenciales y su representación simbólica.<br />

Finalmente trataré de presentar un bosquejo epistémico sobre la necesidad de<br />

un enfoque práctico desde la filosofía para el trazo de posibles estudios sobre<br />

la violencia en México. Quizá logremos entender el porqué de nuestros espacios<br />

violentos y violentados, más aun que con el análisis escrito.<br />

Teniendo como punto de referencia a Sinaloa y pensando en México, hablaré<br />

un poco desde la violencia criminal, la del narcotráfico, cuyas especificaciones<br />

se relacionan con una cultura, un ritual, una economía y una estética funeraria<br />

distintiva, y, lo más lamentable, con una secuela de muerte incomprendida,<br />

inexplicada del todo aun, quizá incuatificable. Alrededor de esto se construyen<br />

mitos y realidades traducidos en característicos modos de ser.<br />

Algunas cifras e imágenes son, necesarias para un mejor entendimiento del<br />

tema: se estima que alrededor de ciento cincuenta mil personas sobreviven de<br />

actividades vinculadas con el crimen organizado en Sinaloa.<br />

Un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa (uas)<br />

detectó que 8% –22 mil 880 millones de pesos– de la riqueza estatal generada en<br />

2012 –286 mil millones de pesos- tiene una procedencia inexplicable y atribuye<br />

su origen al narcotráfico. 1<br />

Juan S. Millán Lizárraga, gobernador de Sinaloa de 1998 a 2004, reconoció, según<br />

relata a la revista Proceso el investigador Nery Córdova, que «se quedaban<br />

1. Patricia Dávila, Proceso, núm. 1949, 8 de marzo de 2014.<br />

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