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EL «MUNDO FAMILIAR» Y LA <strong>VIOLENCIA</strong><br />
Otros idiomas, otras culturas, otras formas de entender el mundo, de interpretarlo<br />
y relacionarse con él. En nuestro mundo familiar aparecen ya diferentes<br />
manifestaciones de mundos extraños que apuntan a otras culturas y que abren<br />
el camino hacia la interculturalidad, la intersubjetividad, la intercorporeidad,<br />
y sobre el cual aparece también la facticidad del relativismo cultural y el problema<br />
de la convivencia entre las culturas, los conflictos entre los intereses de<br />
las naciones y derivado de ella la falta de entendimiento, la guerra de unos con<br />
otros, el racismo, la exclusión, etc.<br />
Lo extraño (Fremd), afirma Bernhard Waldenfels, se refiere principalmente<br />
a tres aspectos: 1. a «[…] lo que aparece fuera del ámbito propio, como algo<br />
exterior opuesto a un interior […]»; 2. hace referencia a «[…] lo que pertenece<br />
a otros […] frente a lo propio» y 3. refiere a «[…] lo que es de otro género […]»<br />
por ello mismo resulta «[…] inquietante e intranquilizador […]». 10 El problema<br />
principal que se deja ver es que el mundo extraño aparece como una amenaza,<br />
como un peligro y que, por lo mismo, «[…] reclama medidas y métodos de<br />
contención, de limitación y de exclusión; en una palabra: pide dominación, y<br />
esto causa sus propios problemas». 11<br />
Así pues, la exclusión, la falta de comprensión, la idea misma de que el<br />
otro esté equivocado en su cosmovisión y la posibilidad de someterlo a que<br />
cambie su perspectiva o al revés: de que él nos someta a nosotros, conduce a<br />
la violencia, desencadena tarde o temprano conflictos interculturales e interpersonales<br />
que puede terminar en el terror, el abuso excesivo de la fuerza, la<br />
tortura, el mal, etc. Estos conflictos pueden sorprendernos y causar extrañeza en<br />
cualquier instante. Lo extraño en tanto que extraño está siempre en otra parte<br />
(Anderswo), indica originariamente una separación. La única forma de apropiarse<br />
de lo extraño es asimilándolo con lo que ya se conoce, con lo familiar.<br />
Pero al mismo tiempo ocurre que el mundo familiar es un mundo extraño para<br />
los otros y al ser así somos nosotros también una amenaza constante, fuente de<br />
inseguridad y cuidado de los otros. La relación se invierte drásticamente. Son los<br />
otros un peligro constante para nosotros y somos nosotros también un peligro<br />
para ellos. En otro nivel que puede vincularse con la violencia, Schütz muestra<br />
que el forastero, el inmigrante, el extraño que se aparece en una cultura que<br />
no es la propia, se distingue por no tener una historia de vida que lo conecta<br />
con el mundo que le rodea; por ello su trato con el mundo, con las personas<br />
y las cosas, no puede ser el mismo que mantiene con su mundo primordial<br />
y familiar. Inseguridad, extrañeza y más allá la añoranza y la melancolía, son<br />
10. Bernhard Waldenfels, Exploraciones fenomenológicas acerca de lo extraño, México-<br />
Barcelona, Siglo Veintiuno-Anthropos, 2015, p. 86.<br />
11. B. Waldenfels, «Mundo familiar y mundo extraño»… op. cit., p. 123.<br />
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