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EL «MUNDO FAMILIAR» Y LA <strong>VIOLENCIA</strong><br />
porque allí donde se podría ayudar de alguna manera o sentir en uno con la<br />
otra persona, se decide tomar distancia. La persona sabe que algo pasa, pero no<br />
quiere saber nada, es decir, nada más de lo que ya sabe o supone.<br />
La violencia hace que el mundo hogar deje de ser un lugar seguro, una<br />
guarida, para ser una fuente de amenazas repetidas en contra de esta individualidad,<br />
un lugar donde está potencialmente el peligro. La existencia se siente<br />
amenazada corporalmente; pero también desde el punto de vista de la identidad<br />
personal, de los valores y de la cultura, la violencia atenta contra la persona<br />
y su carácter, su modo de ser. Lo que está en juego es la persona entera corporal y<br />
espiritualmente. Inclusive, en una esfera más amplia la comunidad se fractura y se<br />
pone en riesgo ante la amenaza de lo extraño; lo mismo hay que decir de lo que<br />
ocurre en las relaciones sociales y en el Estado.<br />
En un manuscrito de febrero de 1923 Husserl presenta la posibilidad que tenemos<br />
siempre de equivocarnos en nuestra tomas de decisiones, en lo fácil que es equivocarse<br />
al apreciar los valores, al creer sin suficiente evidencia que se está actuando<br />
de manera correcta y, por tanto, lo expuestos que estamos al fracaso y las decepciones.<br />
Y la postura que asume al respecto es la de no dejarse dominar por la<br />
pasividad, por la indiferencia o la falta de postura. Invita a resistir la pasividad<br />
y a vivir «heroicamente» haciendo frente a los males que nos circundan. Heroicamente<br />
quiere decir: permanecer fiel a sí mismo, no doblegar nuestras convicciones<br />
ni abandonar nuestros valores, intereses y motivaciones. Vivimos en<br />
un mundo contingente, irracional incluso, donde la maldad humana asalta y<br />
trastoca el rumbo de las cosas. La muerte aparece de manera repentina, el dolor<br />
y el sufrimiento que causa la violencia y las enfermedades llegan de repente, sin<br />
razón ni justificación, sin saber por qué. Y la respuesta de Husserl, su postura<br />
ante la irracionalidad del mundo y sus males es que debemos «[…] adaptarnos<br />
nosotros mismos lo más racionalmente posible y configurar racionalmente<br />
nuestra vida comunitaria, tan racionalmente como sea posible». 29 Husserl se<br />
imagina secuestrado, «[…] prisionero en una cultura extraña inferior […]» y<br />
se pregunta qué podría hacer en esas circunstancias y responde: «[…] lo mejor<br />
dentro de lo alcanzable». 30 El hombre que persevera, que hace lo mejor dentro<br />
de sus posibilidades fácticas, lucha heroicamente. De acuerdo con Husserl la<br />
vida humana va acrecentándose, ganando grados cada vez más altos de valor en<br />
la superación de los conflictos.<br />
29. E. Husserl, «Valor de la vida. Valor del mundo. Moralidad (virtud) y felicidad»,<br />
op. cit., p. 802.<br />
30. Idem.<br />
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