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ESTUDIOS PARA LA NO-<strong>VIOLENCIA</strong> 2<br />
atención de la violencia y es hoy referente debido a que en él se encuentran<br />
datos y estadísticas, aportaciones descriptivas, pero también se suman nueve<br />
«Recomendaciones» puntuales para que los gobiernos tengan un eje de referencia<br />
al enfrentar esta problemática mundial. 26<br />
Lo que requiere una especial atención dentro del Informe en cuestión y cobra<br />
relevancia en el presente escrito, no son tanto los conceptos de intencionalidad<br />
y fuerza, conceptos primarios que interactúan en la definición ofrecida por el<br />
Informe, y, por lo demás, presentes en una fuerte tradición de estudios sobre la<br />
violencia; 27 sino la ordenación de panoramas espaciales a través de los actores<br />
que podemos colegir del Informe bajo tres grandes categorías que atienden al<br />
perpetrador y al destinatario del acto violento. Estas son:<br />
1) La violencia autoinfligida o autopersonal. Aquella que los individuos ejecutan<br />
contra su propia integridad.<br />
2) La violencia interpersonal (familiar y comunitaria) infligida por entre individuos<br />
o un grupo pequeño contra otro u otros en un orden social de interacción<br />
y proximidad.<br />
3) La violencia colectiva que es aquella infligida por grupos más grandes y<br />
organizados en territorios más extensos: Estado, contingentes políticos organizados,<br />
tropas irregulares y organizaciones terroristas. 28<br />
26. Entre las recomendaciones se suscribe la necesidad de crear grupos de estudio a nivel<br />
local que pueden formarse o utilizar consejos, grupos de estudio comunitarios y redes<br />
para ayudar a recolectar datos, analizar y poner en práctica un plan conjunto contra<br />
la violencia, mismos que son necesarios para fijar las prioridades, orientar el diseño de<br />
los programas y vigilar el progreso de planes de acción. Se indica que «el grueso de la<br />
investigación requerida para prevenir la violencia debe llevarse a cabo a nivel local, en<br />
respuesta a las condiciones y necesidades locales…» (Ibid., «Recomendaciones» 1-3).<br />
27. Véase el artículo citado anteriormente de A. Bäck, «Thinking Clearly about<br />
Violence», op. cit., asimismo véase Ronald. B. Miller, «Violence, Force and Coercion»,<br />
en Jerome A. Shaffer (ed.), Violence, New York, David McKay ed., 1971, pp. 27-28.<br />
28. Vale la pena ampliar este punto de la violencia colectiva con un apunte de<br />
Lorenz B. Puntel, cuando sostiene: «distinguiré cuatro formas de violencia colectiva:<br />
1) la violencia como el resultado de acciones más o menos espontáneas de pequeños<br />
o grandes grupos o colectividades que carecen de una organización rigurosa […]. 2) La<br />
violencia perfectamente regulada de los grupos organizados (llamadas organizaciones<br />
terroristas) […]. 3) La violencia de las instituciones (violencia institucional) como la del<br />
Estado, la Iglesia, las religiones, etcétera […]. 4) La violencia de los “sistemas”, como<br />
lo que sería hoy llamado por muchos, por ejemplo, el capitalismo» (Lorenz B. Puntel,<br />
«Filosofia y violencia», en Olga Belmonte (coord.), Pensar la violencia, la justicia y la<br />
libertad, Madrid, Universidad de Comillas, 2012, p. 45).<br />
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