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tierra.<br />
La continuación de la respuesta de los dos discípulos expresa bien una intuición verdadera sobre<br />
cómo debe ser la relación con este Maestro tan especial. La pregunta «¿dónde vives?» es toda una<br />
autoinvitación a compartir la vida. Y solo así se puede aprender la lección de este Maestro. Porque lo<br />
que Jesús les quiere enseñar –y quiere también enseñártelo a ti– no es una teoría, ni un mero<br />
conocimiento intelectual, sino cómo vivir en la tierra cara a Dios edificando ya el reino de los cielos.<br />
Jesús es el Maestro que enseña a vivir, a vivir de un modo nuevo, a vivir como hijo de Dios. Y a vivir<br />
solo se puede aprender viviendo, viviendo con aquel que posee esta vida nueva y quiere compartirla<br />
contigo. Aquellos dos ya no se separaron de Cristo, pídele a Dios que tú tampoco lo hagas.<br />
3. Recuerdo un libro magnífico, quizá el mejor de Stefan Zweig, titulado «Momentos estelares de la<br />
humanidad», en el cual el autor presenta catorce relatos breves –miniaturas históricas los denomina– de<br />
los acontecimientos que por razones diversas considera especialmente significativos para la historia.<br />
Pues bien, aquel encuentro con Jesús, el posterior diálogo con Él y la tarde pasada a su lado son, sin<br />
duda, uno de esos momentos estelares en la vida de los dos discípulos. De ello da fe el hecho de que no<br />
se olvidaran ni tan siquiera de la hora que era cuando Cristo les aceptó en su compañía. Aquella hora<br />
décima se grabó para siempre en su memoria. Y a ella volverían muchas veces con el pensamiento llenos<br />
de gratitud y admiración.<br />
Al contrario que sucede en la historia humana, donde los momentos estelares son siempre brillantes,<br />
grandiosos, propiedad de héroes y genios, en la historia de tu alma los momentos estelares pertenecen a<br />
tu intimidad con Dios y a la obra maravillosa que Él realiza en tu alma. Guárdalos bien en tu memoria,<br />
custódialos y no los olvides. Tener siempre en tu mente y un tu corazón aquellos momentos en que Dios<br />
se te ha mostrado especialmente cercano y ha tocado tu alma con su gracia, es lo que te permitirá no<br />
desfallecer en las dificultades. Memoria agradecida para que puedas vivir el presente con pasión y con<br />
una fe fuertemente enraizada en tu alma. Pídele esto a Dios y búscalo haciendo frecuentes acciones de<br />
gracias, por ejemplo, cada noche antes de dormir repasa con Dios cómo te ha ido el día y comienza<br />
siempre agradeciéndole lo que Él te ha ofrecido en esa jornada que termina. De esta forma tu mirada<br />
sobre el día será una mirada agradecida que te llene de paz y confianza en Dios.<br />
EVANGELIO<br />
San Juan 1, 35-42<br />
En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: –«Este<br />
es el Cordero de Dios». Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al<br />
ver que lo seguían, les pregunta: –«¿Qué buscáis?». Ellos le contestaron: –«Rabí (que significa Maestro),<br />
¿dónde vives?». Él les dijo: –«Venid y lo veréis». Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con