20.01.2018 Views

Reflexiones

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

MARTES 23 DE ENERO<br />

1. Mejor que ganar todos los años la Champions. 2. Recrearse en Dios y solo en Dios. 3. La<br />

alabanza hace que tu oración sea fecunda.<br />

1. Hoy vemos con total normalidad que los aficionados a un equipo de fútbol festejen por todo lo alto<br />

un título importante que se acaba de conseguir. Es común y ampliamente aceptado que se pongan<br />

camisetas del equipo, lleven banderas con sus colores, que se pinten incluso la cara, y sobre todo que<br />

canten, griten, den saltos. Y lo mismo podemos decir de los fans de un grupo de música en un concierto.<br />

Salvando las distancias y los modos de festejar las cosas, ¿no tendríamos los cristianos mucho más que<br />

festejar? Y, sin embargo, muchas veces parece que vamos tristones, quejándonos siempre de todo, de lo<br />

mal que están las cosas… ¡Pero si Jesucristo ha vencido al pecado y a la muerte! Es como si tu equipo<br />

ganara cada año, qué digo cada año, cada día la Champions.<br />

Hoy en la primera lectura de la misa tienes un ejemplo de alguien que sí toma conciencia de la<br />

victoria de Dios y de su grandeza y por eso espontáneamente alaba a Dios y muestra su alegría y su<br />

júbilo. Me refiero al rey David con motivo del traslado del Arca de la Alianza. Como relata el Segundo<br />

Libro de Samuel: Cuando los portadores del Arca del Señor avanzaban seis pasos, se sacrificaba un<br />

toro y un animal cebado. David iba danzando ante el Señor con todas sus fuerzas, ceñido de un efod de<br />

lino. Él y toda la casa de Israel iban subiendo el Arca del Señor entre aclamaciones y al son de<br />

trompetas (2 S 6, 13-15). A propósito de este pasaje el Papa Francisco reflexiona acerca de la alabanza,<br />

de su sentido y de cómo la practicamos: «Alabar a Dios es totalmente gratuito. No pedimos, no damos<br />

gracias. Alabamos: tú eres grande. “Gloria al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo…”. Con todo el corazón<br />

decimos esto. Es incluso un acto de justicia, porque Él es grande, es nuestro Dios. Pensemos en una<br />

hermosa pregunta que podemos hacernos hoy: “¿cómo es mi oración de alabanza? ¿Sé alabar al Señor?<br />

¿O cuando rezo el Gloria o el Santo de la misa, lo hago solo con la boca y no con todo el corazón?”»10.<br />

2. La alabanza es una de las formas principales de la oración cristiana, por eso conviene que nos<br />

detengamos en nuestra meditación de hoy a considerar si está presente en tu vida interior, si la practicas<br />

con la frecuencia suficiente y si llena tu alma de alegría y de deseos de santidad.<br />

Dice el Catecismo de la Iglesia Católica acerca de la oración de alabanza: «La alabanza es la forma<br />

de orar que reconoce de la manera más directa que Dios es Dios. Le canta por Él mismo, le da gloria no<br />

por lo que hace, sino por lo que Él es. Participa en la bienaventuranza de los corazones puros que le<br />

aman en la fe antes de verle en la gloria. Mediante ella, el Espíritu se une a nuestro espíritu para dar<br />

testimonio de que somos hijos de Dios (cfr. Rm 8, 16), da testimonio del Hijo único en quien somos<br />

adoptados y por quien glorificamos al Padre. La alabanza integra las otras formas de oración y las lleva

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!