15.11.2018 Views

La Sirena Varada: Año II, Número 12

El duodécimo número de "La Sirena Varada: Revista literaria"

El duodécimo número de "La Sirena Varada: Revista literaria"

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

NUEVO LAREDO - DALLAS<br />

<strong>La</strong> Suburban devoraba kilómetros por<br />

la carretera interestatal hacia San Antonio,<br />

Texas. José Ángel acompañaba a<br />

dos primos y su hermano mayor, quien<br />

al momento del cruce internacional<br />

se veía muy nervioso, pero ahora manejaba<br />

de muy buen humor y relajado.<br />

Parecían uniformados todos con pantalón<br />

de mezclilla con botones en vez<br />

del cierre normal, camisa a cuadros de<br />

colores serios y botas tipo rooper.<br />

—Wacha, carnal —le dijo su hermano<br />

mayor—. Aquí tienes que salirte a la derecha<br />

si quieres ir al downtown, porque<br />

por aquí sólo lo vamos a pasar por arriba.<br />

Habían pasado muchas veces por<br />

ahí, pero José Ángel intuyó que su hermano<br />

quería hacer plática.<br />

—¿Y ya nos vas a decir a qué vas a Dallas?<br />

—le preguntó José Ángel, mientras<br />

en el asiento trasero sus primos giraban<br />

la cabeza en espera de respuesta.<br />

—Es que allá está la feria, carnalito —dijo,<br />

formando un semicírculo con el pulgar y<br />

el índice para formar el símbolo del dinero—.<br />

Bueno, aquí y allá… hay que saber<br />

manejar las cosas<br />

—¿Qué cosas?<br />

—Eh… Pos trabajo llevando y trayendo<br />

cosas, o a veces sólo llevo los pagos.<br />

—¿Coca? —preguntó José Ángel, con<br />

cara de enfado.<br />

—¡Ah, curioso! —dijo y le empujó el<br />

hombro, con lo que rieron todos.<br />

Lo que fuera que transportara o hiciera<br />

su hermano le salía bien, aunque cuatro<br />

años más tarde le encontrarían una<br />

grandísima suma de dinero en efectivo,<br />

lo que le costaría muchos años de cárcel,<br />

puesto que para ese entonces tendría<br />

cargos por venta y distribución de droga.<br />

José Ángel se acomodó más abajo en<br />

su asiento y se quedó mirando los edificios<br />

modernos mientras pasaban el centro<br />

de la ciudad, estaba a punto de ser<br />

mayor de edad y sabía que pronto le llegaría<br />

la hora. Era la vida que conocía. <strong>La</strong><br />

única actividad que hacían cumpliendo<br />

bien la ley su familia era la cacería, por<br />

considerarlo algo de más respeto que<br />

cualquier otra diligencia. En lo particular<br />

a él le gustaba. Disfrutaba desollar los<br />

venados con la carne aun humeando y<br />

palpitante. El invierno pasado había servido<br />

de guía a un grupo de gringos que<br />

habían rentado un rancho de caza en<br />

la carretera hacia Monterrey. Le habían<br />

ofrecido el empleo a un hermano suyo,<br />

pero declinó por no hablar inglés fluido.<br />

Trabó rápidamente amistad con los<br />

gringos, por lo que tuvo la oportunidad<br />

de accionar varias armas de caza, incluyendo<br />

dar muerte a un jabalí con el arco.<br />

José Ángel terminó la preparatoria<br />

en un grupo de malandrines, pero no<br />

siguió estudiando, porque no tenía ningún<br />

sentido para él, ni siquiera le pasó<br />

por la cabeza, tampoco se le ocurrió<br />

buscar un empleo formal. Su plan era<br />

irse los inviernos con los cazadores y el<br />

resto del año cruzando inmigrantes ilegales<br />

por el río, mismo que conocía bien.<br />

Pero aspiraba a más, no quería ser como<br />

su primo que era coyote, sentía que los<br />

chivos (como le decía a los aspirantes a<br />

ilegales) se le desbalagaban mucho. «Si<br />

yo llevara el grupo —pensaba— pasaríamos<br />

rápido y sin contratiempos, claro<br />

que para eso todos tendrían que obedecerme<br />

a la perfección».<br />

135

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!