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La Sirena Varada: Año II, Número 12

El duodécimo número de "La Sirena Varada: Revista literaria"

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156<br />

PECADOS<br />

DE MUJERES<br />

(PRIMERA PARTE)<br />

Por<br />

José Luis Vázquez<br />

<strong>La</strong> lluvia resonaba al chocar con<br />

los amplios ventanales del departamento.<br />

A pesar de estar en el<br />

tercer piso, las luces de las patrullas y<br />

las ambulancias se reflejaban en cada<br />

uno de los muros de la amplia habitación,<br />

iluminando los marcos que colgaban<br />

en la pared y reflejándose en<br />

los vidrios de las robustas vitrinas del<br />

lugar. <strong>La</strong> alfombra gris, que cubría todo<br />

el piso, estaba cubierta casi por completo<br />

por la sangre que escurría de la<br />

robusta mesa de caoba. Los policías<br />

entraban y salían de la habitación, algunos<br />

de ellos tomando fotografías del<br />

lugar y otros revisando a detalle cada<br />

uno de los rincones del lugar. Claudia<br />

Guzmán no pudo contener las náuseas<br />

que aquella escena le causaban, y no<br />

tuvo más remedio que vomitar encima<br />

de uno de los blancos sillones que estaban<br />

al final del salón. Julio Bernal y<br />

Jaime Ugalde observaban con atención<br />

el cuerpo de la joven que yacía sobre<br />

la mesa: completamente desnuda, de<br />

piel morena, con una profunda herida<br />

que recorría su vientre desde su esternón<br />

hasta su entrepierna, mostrando<br />

un hueco en donde se supone que sus<br />

órganos internos deberían estar. <strong>La</strong> cabeza<br />

de la joven, arrancada del cuerpo,<br />

reposaba boca abajo sobre sus senos,<br />

y sus brazos, desprendidos desde los<br />

hombros, reposaban acomodados en<br />

donde se supone que tendría que estar<br />

la cabeza de la joven formando una<br />

cruz; además, todos los dedos de las<br />

manos habían sido cercenados.<br />

Julio observó con atención el cuerpo,<br />

ante la mirada atenta de los demás policías,<br />

quienes lo observaban con cierto<br />

recelo pero sin impedirle ninguna<br />

acción. Después hizo un ademán con<br />

su mano izquierda sin intentar voltear,

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