15.11.2018 Views

La Sirena Varada: Año II, Número 12

El duodécimo número de "La Sirena Varada: Revista literaria"

El duodécimo número de "La Sirena Varada: Revista literaria"

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Yo no estoy en deuda con nadie —interrumpió<br />

Arturo.<br />

—No me interrumpas, tarado... Cómo<br />

te decía, ya que yo salvé tu vida, ahora<br />

es tu turno de ayudarme. Claro que si me<br />

ayudas, y confío en que lo harás, y todo<br />

sale a la perfección, entonces yo podré<br />

regresarte a tu cuerpo —Arturo se levantó<br />

de golpe y la miro, aun sollozando.<br />

—¡¿De verdad puedes regresarme<br />

a mi cuerpo?! —preguntó Arturo, sin<br />

ocultar su desesperación.<br />

—No precisamente yo, pero sí, hay<br />

forma de regresarte a tu cuerpo. Pero<br />

antes de hacerlo tienes que ayudarme,<br />

no tienes otra opción —Arturo no<br />

pudo evitar sonreír por aquellas palabras,<br />

pero aquella sonrisa se borró casi<br />

de inmediato, siendo reemplazada por<br />

una mueca de hastío.<br />

—¿Cómo sé que me estás diciendo la<br />

verdad?<br />

—Ahora resulta... —susurró Selene,<br />

luego continuó—: Mira, no tengo ninguna<br />

necesidad de mentirte. Si quieres<br />

volver a tu cuerpo, no tienes que creerme,<br />

pero tienes que confiar en lo que<br />

te estoy diciendo, porque si no lo haces,<br />

simplemente te quedarás en el éter<br />

toda tu vida; junto conmigo, claro, pero<br />

también con los demás en Cyberia. Tú<br />

decides. Yo ya hice la mitad de mi parte<br />

del trato, que fue salvarte la vida, ahora<br />

tú tienes que cumplir con tu parte del<br />

trato para que yo cumpla la otra mitad.<br />

Así de sencillo.<br />

—Pero... yo... —Arturo intentó hablar,<br />

pero Selene lo interumpió:<br />

—Tic, toc, tic, toc... Vamos, no tenemos<br />

toda la eternidad para que te decidas.<br />

Dime, ¿tenemos un trato? —Selene extendió<br />

su mano. Arturo dudó por unos<br />

momentos, y ya sin sollozar, suspiró y<br />

estrechó la mano de Selene—. ¡Así me<br />

gusta! Caray, tienes que ser decidido, y<br />

más si quieres estar con esa jovencita...<br />

¿Cómo se llama?<br />

—Alejandra... —susurró Arturo—. Pero<br />

no quiero estar con ella, ¿qué te pasa?<br />

Apenas la conozco.<br />

—No te hagas el inocente conmigo —Selene<br />

soltó una ligera carcajada—. En fin,<br />

vamos a darnos prisa entonces...<br />

—A ver, un momento —interrumpió<br />

Arturo—. Ni siquiera me has dicho a<br />

qué quieres que te ayude.<br />

—Cierto, tienes toda la razón. Qué<br />

tonta de mí. Bueno, es algo muy sencillo,<br />

lo único que tienes que hacer es<br />

ayudarme a averiguar quién me asesino.<br />

Una vez que lo sepamos, podré<br />

dejar el Éter atrás y seré aceptada en el<br />

más allá... —Arturo la miró de la misma<br />

forma incrédula con la que había mirado<br />

su cuerpo.<br />

—¿Te asesinaron? ¿Así fue como moriste?<br />

—No estoy segura... —Selene se sentó<br />

en la camilla donde el cuerpo de<br />

Arturo reposaba—. Verás, no tengo<br />

muchos recuerdos de mi vida... pero<br />

sé que, cuando vivía, trabajaba en el<br />

supermercado... Por eso necesito que<br />

alguien me ayude a encontrar a mi asesino,<br />

porque hasta que concluya mis<br />

asuntos pendientes será cuando me<br />

dejen entrar.<br />

—¿Y cómo sabes que fuiste asesinada<br />

si no recuerdas nada? —preguntó Arturo,<br />

con suspicacia.<br />

—Pues no lo sé, yo siento dentro de<br />

mí que así fue cómo morí... Alguien me<br />

asesinó, estoy segura de ello, y hasta<br />

que no descubra quién fue entonces<br />

podré descansar en paz —Selene sus-<br />

153

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!