Libro blanco de Desnutrición clínica - SENPE
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formar glucosa. De esta forma aumenta la<br />
neoglucogénesis renal en contraste con la<br />
disminución <strong>de</strong> la neoglucogénesis hepática.<br />
Son varias las hormonas responsables <strong>de</strong> los<br />
cambios metabólicos característicos <strong>de</strong>l ayuno,<br />
fundamentalmente el efecto combinado<br />
<strong>de</strong> unos bajos niveles <strong>de</strong> insulina y hormonas<br />
tiroi<strong>de</strong>as junto a niveles elevados <strong>de</strong> glucagón<br />
y posiblemente la hormona <strong>de</strong> crecimiento.<br />
Otras hormonas catabólicas como las catecolaminas<br />
y cortisol mantienen sus niveles<br />
normales o incluso aparecen disminuidas.<br />
Si el sujeto sometido a un déficit <strong>de</strong> aporte<br />
<strong>de</strong> nutrientes sufre una agresión <strong>de</strong> cualquier<br />
naturaleza, se produce una notable variación<br />
en el complejo hormonal, dirigido por la respuesta<br />
hipotálamo-hipofisaria y los mediadores<br />
inmunes <strong>de</strong> la respuesta a la agresión<br />
(citoquinas). Se elevan los niveles <strong>de</strong> insulina,<br />
catecolaminas, glucagón, esteroi<strong>de</strong>s y hormona<br />
<strong>de</strong> crecimiento. Los niveles elevados<br />
<strong>de</strong> insulina reducen la síntesis <strong>de</strong> cuerpos cetónicos,<br />
se produce un incremento significativo<br />
<strong>de</strong> la neoglucogénesis y <strong>de</strong> la proteolisis<br />
con elevadas pérdidas <strong>de</strong> nitrógeno ureico y<br />
existe un turnover acelerado <strong>de</strong> ácidos grasos<br />
y glicerol con lipólisis incrementada. Por lo<br />
tanto, no existe el mecanismo ahorrador <strong>de</strong><br />
nitrógeno que existía en el ayuno no complicado<br />
y esto provoca una importante alteración<br />
<strong>de</strong> la masa y la función <strong>de</strong> los diversos<br />
órganos <strong>de</strong> la economía, favorecido por el<br />
incremento en las necesida<strong>de</strong>s energéticas<br />
que presentan estos pacientes.<br />
CONSECUENCIAS<br />
SOCIO-SANITARIAS<br />
DE LA DESNUTRICIÓN<br />
HOSPITALARIA<br />
Cuando la ingesta <strong>de</strong> energía y nutrientes<br />
es ina<strong>de</strong>cuada para cubrir los requerimientos<br />
nutricionales <strong>de</strong>l paciente hospitalizado, en<br />
el organismo se producen cambios metabólicos,<br />
físicos (funcionales), psicosociales y en<br />
3<br />
J. Ocón, S. Celaya<br />
la composición corporal que constituyen el<br />
estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>snutrición. Las consecuencias<br />
<strong>clínica</strong>s <strong>de</strong> la <strong>de</strong>snutrición pue<strong>de</strong>n ser graves<br />
y conducir a complicaciones <strong>de</strong> la enfermedad,<br />
débil respuesta al tratamiento, disminución<br />
<strong>de</strong> la inmunocompetencia y aumento<br />
<strong>de</strong> la morbi-mortalidad. Las consecuencias<br />
económicas <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong>l aumento <strong>de</strong> los costes<br />
asociados a la prolongación <strong>de</strong> la estancia<br />
hospitalaria y al tratamiento adicional.<br />
EFECTOS SOBRE EL PESO Y LA<br />
COMPOSICIÓN CORPORAL<br />
Uno <strong>de</strong> los signos más obvios relacionados<br />
con la reducción en la ingesta energética o<br />
con el ayuno completo va a ser la pérdida<br />
<strong>de</strong> peso, que es <strong>de</strong>bida a la pérdida <strong>de</strong> masa<br />
grasa y masa muscular incluyendo la masa<br />
visceral con cambios en los fluidos corporales.<br />
Ya en 1915 se <strong>de</strong>mostró que el ayuno <strong>de</strong> corta<br />
duración en ratas sanas provocaba no sólo<br />
una pérdida <strong>de</strong>l 33% <strong>de</strong>l peso corporal y un<br />
31% <strong>de</strong> la masa muscular sino también una<br />
pérdida significativa <strong>de</strong>l peso <strong>de</strong> los órganos<br />
vitales (el tracto gastrointestinal un 57%; el<br />
corazón el 28%; el hígado el 58%; los riñones<br />
el 26%; los pulmones el 31%); respetándose<br />
únicamente el cerebro, que sólo perdía el 5%.<br />
En estudios post mortem <strong>de</strong> pacientes caquécticos<br />
fallecidos en comparación con muertes<br />
bruscas por acci<strong>de</strong>ntes, se aprecia una pérdida<br />
importante <strong>de</strong> la masa <strong>de</strong> diversos órganos<br />
vitales. Igualmente los estudios practicados<br />
en el gueto <strong>de</strong> Varsovia a los prisioneros gravemente<br />
<strong>de</strong>snutridos fallecidos <strong>de</strong>mostraban<br />
pérdida importante <strong>de</strong> la masa <strong>de</strong>l corazón,<br />
riñones, bazo, hígado, y menor <strong>de</strong>l cerebro.<br />
Los cambios que ocurren en la composición<br />
corporal durante la pérdida <strong>de</strong> peso<br />
<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n fundamentalmente <strong>de</strong> la adiposidad<br />
inicial y <strong>de</strong>l sexo. El porcentaje inicial<br />
<strong>de</strong> masa grasa parece ser el más importante<br />
<strong>de</strong>terminante <strong>de</strong>l consumo proteico y así a<br />
mayor masa grasa inicial menor proporción