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El pensamiento urbano en las crónicas de Pedro Lemebelpágina la ciu<strong>da</strong>d moderna y proponer una erótica de la transgresión por lapalabra. En ese caso la disolución sonora, fonética, de la palabra y de lasintaxis, marcó el recorrido. Y ca<strong>da</strong> vez que aparece el proyecto de un nuevourbanismo los poetas y escritores de la moderni<strong>da</strong>d se convocan para hacerel plano imaginario de la ciu<strong>da</strong>d que respon<strong>da</strong> a él. La crónica comomanifestación de una nueva subjetivi<strong>da</strong>d es como género de la escrituraun género de la moderni<strong>da</strong>d, breve y conciso, nace para comunicar losacontecimientos que tienen lugar en la ciu<strong>da</strong>d, de lo privado a lo público.En Loco afán hay un recorrido por la ciu<strong>da</strong>d periférica y marginal para encontrarlas grafías corpóreas. Es un recorrido por un si<strong>da</strong>rio, y no podemos dejarde comparar un espacio de tal naturaleza con un leprosario, el reducto másestigmatizado y monstruoso de la ciu<strong>da</strong>d premoderna. Siempre hay unacorrespondencia entre pobreza, enferme<strong>da</strong>d y marginali<strong>da</strong>d que no se hamodificado en el trazado de las ciu<strong>da</strong>des desde la época premoderna, lamoderna y la posmoderna. Ninguna planificación urbana pudo cambiaresta trama. Y lo que intenta Lemebel es hacerlo en el espacio imaginariode la escritura.Se construye entonces un pensamiento urbano donde lo perisférico sehace central; la elección del género es crucial porque si con el desarrollode las comunicaciones y la aparición de los grandes medios esta forma nace,crece y se impone, trasla<strong>da</strong>rla a América Latina y a Chile en esta época es<strong>da</strong>rle un giro importante a la perspectiva desde la que se construye la mira<strong>da</strong>.Lemebel no es el único que ve las posibili<strong>da</strong>des del género. ¿Quiénes hicieronpara esa época crónicas? Manuel Puig, Roberto Echavarren, Néstor Perlongher?De Robert Walser a Walter Benjamin aprendimos a leer la ciu<strong>da</strong>d modernaa través de los ojos del flaneur, esa especie de <strong>da</strong>ndy acomo<strong>da</strong>do queparpadeaba ante la luz incierta de los faroles de gas de los pasajes de París.¿Y que veían? Construían una mira<strong>da</strong> que era capaz de reconocer nuevassubjetivi<strong>da</strong>des crea<strong>da</strong>s en el marco de profundos cambios en la percepciónproducto de las transformaciones en la técnica a partir de nuevos dispositivos.Pero ¿a dónde nos llevan “los relumbros arrivistas de neón neoyorkino” delas barria<strong>da</strong>s de Santiago por donde se desplazan los travestis desarrapadosde la pobreza su<strong>da</strong>ca? Primeramente a Manuel Puig quién en 1986 durantesu estadía en Nueva York escribía Crónicas de Nueva York para hacer el relatode las desigual<strong>da</strong>des sociales y sexuales a las que se veían sometidos loslatinos en la ciu<strong>da</strong>d que para ese entonces se reflejaba en las latas duplica<strong>da</strong>sal infinito de Warhol y en los trajes de cuero de los sadomasoquistas deturno. Manuel Puig no du<strong>da</strong> en el momento de hacer del lenguaje el campode conocimiento por donde hará pasar las transformaciones de su época.Citando en la primera línea de varias de ellas canciones populares de laépoca como boleros o bala<strong>da</strong>s, con un narrador en primera persona quecrea un ver<strong>da</strong>dero muestrario de varie<strong>da</strong>des de español popular impresionacómo es capaz de mostrar la marginación a partir de apelar a un vocabulariosobre todo en lo referido a la sexuali<strong>da</strong>d, con los distintos matices de lossublenguajes latinos en Nueva York.También Néstor Perlongher, sin llamarlas crónicas, escribe numerososartículos con estas características para distintos medios – El Porteño, Cerdosy Peces, Folha de São Paulo. Así “El sexo de las locas”, “Nena, llevate unsaquito”,”Matan a un marica” entre otras, sobre la ciu<strong>da</strong>d, pero en particularsobre el si<strong>da</strong>. Y es Perlongher teorizador de lo que llamó neobarrosorioplatense quién escribe sobre las derivas urbanas de las minorías sexualesconstruyendo uno de los léxicos poético político de tono situacionista másimportantes de la militancia sexual latinoamericana.Otro que en la misma línea cubre en muchos momentos la crónicaurbana es el uruguayo Roberto Echavarren. En reali<strong>da</strong>d to<strong>da</strong> la obraensayística, poética y como artista visual y realizador de films de Echavarrenes el desarrollo de sus ideas sobre el acontecimiento del lenguaje paraconformar identi<strong>da</strong>des abiertas fuera de las sujeciones restrictivas de losgéneros, esto lo dice tanto en un sentido literario como sexual. En unmomento de su libro Performance, género y transgénero Echavarren dice:“Las vanguardias, con o sin manifiesto, apuestan, por lo general, a un modode experimentación único, reglado: recursos tipográficos, escritura automática,agramaticali<strong>da</strong>d, o supresión de sintaxis. Las “poéticas neobarrocas”potencian o densifican el conjunto de recursos de la lengua, desde laaliteración hasta una rica sintaxis”.Esto es lo que hacen estos escritores agregando lo que Echavarrenllama: “el trazo híbrido, mestizo”. En un manifiesto de Loco Afán al queexplícitamente Lemebel llama “Manifiesto. Hablo por mi diferencia” postula:“no voy a cambiar por el marxismo que me rechazó tantas veces, porqueser pobre y maricón es peor” abriéndole las puertas a una idea de diferenciaque en su horizonte pue<strong>da</strong> concluir como él lo hace dicendo: "¿No habrá unmaricón en alguna esquina desequilibrando el futuro del hombre nuevo?”Hay otro espacio, además del local, que Lemebel construye en suscrónicas; este espacio es transnacional, mundial, se detiene en Estados20 ~ ~ 6.2 | 2007

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