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Dossiê Experimentações Urbanasrecorrido todo el siglo XX. Da<strong>da</strong>ísmo, neoismo, letrismo, situacionismo,fluxus, arte correo, poesía visual, sonora y experimental contemporáneatejen a lo largo del siglo XX un entramado de manifestaciones que recuperanuna y otra vez un deseo de mezcla: del arte y la vi<strong>da</strong>, de interiori<strong>da</strong>d yexteriori<strong>da</strong>d, de palabra y de imagen. Pero la pérdi<strong>da</strong> de esos contenidosobjetivos adecuados de los que hablaba Benjamin, esto es, la disgregaciónde una coyuntura política que haga visible la transformación radical de lascondiciones materiales de vi<strong>da</strong> para to<strong>da</strong>s las personas, pone en du<strong>da</strong> confrecuencia ese deseo y hasta llega a reinsertar en el circuito del arte aquelloque pretendía una libre circulación sin mediación de la institución artística.Lo que deja a quienes nos interesamos por esa palabra poética fuera de síen la incómo<strong>da</strong> situación de no llamar la atención sobre ella, callar, o casitraicionar nuestros propios enunciados si hablamos de ello.El caso de los graffitis esténcil que proliferaron en muchas ciu<strong>da</strong>desargentinas en los últimos años es bastante revelador al respecto. Por unaparte, muchos de ellos se asocian al impulso plástico de la poesía visualque dibuja con palabras, con el plus de significación que le otorga a susproducciones el estamparse en la calle; pero por la otra, la práctica seconvierte fácilmente en mo<strong>da</strong>, exhibiéndose con mayor frecuencia en zonasurbanas liga<strong>da</strong>s al consumo de una bohemia ampara<strong>da</strong> en un florecimientoinmobiliario. En todo caso, quienes los leemos, tendríamos que aguzar lamira<strong>da</strong> para encontrar, entre la maraña, aquello que ver<strong>da</strong>deramente produceotros sentidos.¿Pero para quién? Porque el sólo hecho de aparecer en la calle noconduce directamente a una ampliación necesaria de públicos. Pensar una“literatura urbana” no literaria o incluso no letra<strong>da</strong> no significa, con todo,pensar necesariamente en una práctica popular o masiva sino en unaliteratura que abisma la palabra poética en otra cosa que no se sabe biencómo llamar: experiencia artística que ha perdido sus fueros – desafora<strong>da</strong>,decíamos – pero que se resiste también a ser integra<strong>da</strong> a la estetizaciónde la vi<strong>da</strong> coti<strong>da</strong>na publicitaria. Cuando esa experiencia sale a la calle,literalmente, es experiencia de pararse sobre el abismo del artefacto urbanopara descomponerlo, para romper el mecanismo de su funcionamientohabitual. Si lo logra, sólo podrán decirlo sus potenciales lectores /experimentadores, como en cualquier otra práctica del arte. Por el momento,puedo trazar los recorridos de la propia lectura, como si se tratara decualquier otro cuerpo literario al que presto el ensayo de mis palabras.Volvemos a crucificar nuestros poemas sobre el ocaso de las mira<strong>da</strong>s decíaGonzález Lanuza.3.17 am: El guardia duerme, la ciu<strong>da</strong>d fabrica insomnios... dice un graffitianónimo en Buenos Aries algo menos que cien años después.Y en la ciu<strong>da</strong>d de Córdoba, unos años antes, alguien escribía, mejor,con García Lorca: El niño estaba / solo / con la ciu<strong>da</strong>d / dormi<strong>da</strong> en la /garganta. 11No me demoraré aquí resolviendo la cuestión de la valoración estéticaque es posible sostener para ca<strong>da</strong> uno de esos casos. Aclaro, de to<strong>da</strong>smaneras, que algunos de estos graffitis / poemas apelan más a misexperiencias estéticas que otros. Hay mucho kitsch en las paredes, loreconozco. Aún así, ca<strong>da</strong> tanto se deslizan hallazgos. Y cuando no,algunos devienen hallazgo sólo por estar en la calle:Seamos un llantoO me hago sol o muero estrellaOjos-poesía-venenoLlegó el negro diamanteTus lentes filmanNunca vi el silencioEl tibio vacío de las cosasRecorrer una ciu<strong>da</strong>d permitiendo que la mira<strong>da</strong> recoja restos aleatorios deesta poesía visual urbana conduce a una lectura imprevisible que transformanuestros modos de habitar. Se trata, en reali<strong>da</strong>d, de reponer cierta disposiciónhacia la lectura; actitud poco frecuente en el espectro urbano. Espectro ofantasma; <strong>da</strong>ndo vuelta el enunciado: leer aquí es también reponer unaciu<strong>da</strong>d fantasmática sobreexpuesta a la cotidiana. El “corpus” lo construyencaminantes alertas, lectoras y lectores de paredes. Incluso cuando lapalabra / imagen viene plantea<strong>da</strong> “con otras intenciones”. ¿Quién le cree enla literatura a las intenciones de los escritores? Lo mismo debería ser válidopara la calle: una serie imaginaria que combinara trazos, colores y texturasadosados a nombres de ban<strong>da</strong>s de rock puede integrar también el corpus 12 :Séptimo sepulcroVértigoPulso fatalVeneno del vientoVestigios~ 6.2 | 2007~ 33

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