2010_CEOCB_monografia San Jose Iturbide.pdf - Inicio
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<strong>San</strong> JoSé IturbIde<br />
76<br />
al año, por precio del terreno, sin atención a su situación y dimensiones que eran<br />
diversas, y mereciendo la aprobación general, resultaron desde seis reales a seis pesos<br />
de valor los fundos citados, que se apresuraron a satisfacer con gusto sus poseedores.<br />
Parece que no era incauto, el ofrecimiento de los $22,000,00 veintidós mil pesos por la<br />
trasmisión del derecho al contrario del Capulín, ni su utilidad hubiera sido mezquina,<br />
y los interesados a él, como acaudalados y por sus buenas realizaciones, no hubieran<br />
sufrido todos los inconvenientes, que la desvalida compañía de <strong>Iturbide</strong>. Un poderoso<br />
de Morelia respondía por el cumplimiento del contrato, al vendedor, a favor de la<br />
empresa.<br />
Dificultades de pago<br />
Quedaban entonces para cubrir $36,000.00 treinta y seis mil pesos, resto del precio del<br />
Capulín. Después del triunfo del Plan de Ayutla en agosto de 1855, siguió aquella serie<br />
casi no interrumpida de revoluciones, hasta 1867, con el consiguiente vandalismo,<br />
con los enormes aumentos repetidos de las pensiones llamadas ordinarias, con las<br />
extraordinarias, con las más enormes asignaciones arbitrarias por la fuerza armada,<br />
con las prisiones y plagios entonces inventados para exigirlos. Para reunir caudales<br />
con que hacer los enteros a los vendedores del Capulín, no podía hacerse en secreto,<br />
por que se recogían de muchos, para ocultarlos y conducirlos a México, se sufrían<br />
las consecuencias de los riesgos, extravíos y abusos de confianza y también robos con<br />
asalto, y es necesario no descubrir por indecoroso, hasta de quien fue preciso ocultar los<br />
caudales reunidos, fingiendo una vez que se habían vuelto, por los riesgos a los deudores<br />
accionistas que los habían entregado, siendo de quien, por deber o dignidad, había que<br />
esperar amparo y protección, como funcionario público, todo esto devoro y gravo de<br />
nuevo notablemente a la empresa. “Acaso contribuyó también los importantes días del<br />
provido, nuevo representante de dicha empresa, que casi la concluyó, sin embargo, ella<br />
ha contribuido a los aumentos y progresos consiguientes que se pasa a mencionar’’.<br />
(Morelos, 1997)<br />
Al poner fin a esta empresa compradora en 1855, se daba inicio a una nueva<br />
época de progreso social y económico. De ser un solo propietario durante varios siglos<br />
se multiplicaron a cuatrocientos predios rústicos y a más de quinientos urbanos.