1998 Bolonia - Conferencia Interprovincial de Dominicos de ...

a) Sería útil que los Consejos de Provincia preparasen el programa de las
visitas canónicas para que éstas respondiesen más eficazmente a los retos par-
ticulares que los hermanos afrontan. En cada visita está bien preguntar lo que
cada uno desearía que se hiciese. Se emplea frecuentemente mucho tiempo
en cosas de protocolo, visitas a dignatarios, fiestas, etc. Pueden ser impor-
tantes en algunas culturas pero pueden quitar mucho tiempo.
b) A veces puede ser útil planificar las visitas a entidades vecinas, con miras
a animar su colaboración, la realización de proyectos comunes, etc. Ésta es
la línea de trabajo en que nos movimos durante los últimos años. He visitado
las Provincias de Holanda v Flandes y el Vicariato General de Bélgica del sur
juntos, v concluí con una reunión de representantes de los Consejos de todas
esas entidades. Las seis Provincias de Italia fueron visitadas informalmente
por miembros del Consejo Generalicio durante el proceso de unificación.
c) En este tipo de visitas de Provincias por grupos puede ser útil implicar
a otros hermanos, incluidos los miembros del Consejo Generalicio. Estamos
programando la visita a la Península Ibérica durante tres meses en 1.999, que
incluirá la visita a los centros de estudios y de formación por el socio para la
vida intelectual. Nos reuniremos después con los Consejos de las cinco en-
tidades para discutir juntos la misión v la vida de la Orden en la Península.
Y un método semejante puede seguirse en Italia.
d) En las visitas a Provincias numerosas es posible que me acompañen dos
socios de manera que, aunque yo me encuentre con cada hermano brevemente,
todos tengan ocasión de hablar más ampliamente con un visitador.
e) A veces la visita significa el comienzo de un proceso. Y al final puede
resultar evidente que una entidad necesita ser acompañada y animada duran-
te algunos años mientras afronta algún reto significativo (por ejemplo, el
comienzo de nuevos proyectos. la fundación de la Orden en un nuevo lugar, o
la parálisis del gobiei-no, desmoralización, conflictos internos, falta de cola-
boración con otras entidades, etc.). Frecuentemente es el socio el que hace el
trabajo más arduo, el que sigue la visita y anima a una entidad en la realiza-
ción de sus conclusiones.
f) ¿Cuál sería la periodicidad de estas visitas? Se pensó que una vez cada
nueve años no era suficiente, y por eso el Capítulo General de Provinciales
en Oakland corrigió el LCO 398 11, introduciendo la práctica actual, a suge-
rencia de Fr. Damián Byrne. Una sola visita canónica durante un mandato
quizá sea demasiado poco, especialmente cuando la planificación de las visi-
tas puede traer como consecuencia que una Provincia no sea visitada nada
menos que durante 17 años. Pero subrayo también que es muy difícil cumplir
esta constitución.
He nombrado frecuentemente visitadores cuando surgía la necesidad
de una visita antes de que vo mismo pudiera hacerla, pero sería muy difí-
cil realizar una visita completa de la Orden cada cuatro anos y medio. Hemos