1998 Bolonia - Conferencia Interprovincial de Dominicos de ...
1998 Bolonia - Conferencia Interprovincial de Dominicos de ...
1998 Bolonia - Conferencia Interprovincial de Dominicos de ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
La observación <strong>de</strong> un indígena <strong>de</strong> América latina hace tambalearse esta<br />
teología: no sólo se <strong>de</strong>scubren granos a veces en otras partes, sino también flo-<br />
res, frutos, árboles. No nos toca reconocer sólo lo que podría acabar siendo<br />
cristiano, sino lo que se <strong>de</strong>sarrolla según otras virtualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la vida, indi-<br />
vidual o colectiva, distintas <strong>de</strong> las que ha vivido el cristianismo.<br />
2.2.3. Prioridad a los que sufretz<br />
La misma vida <strong>de</strong> Jesús y su palabra impi<strong>de</strong>n mirar con indiferencia la<br />
diversidad <strong>de</strong> situaciones. El primer plano lo ocupan los lugares <strong>de</strong> la huma-<br />
nidad don<strong>de</strong> la fraternidad que el Padre quiere para los hombres está daña-<br />
da. Nuestra misión nos lleva a los hombres que están excluidos y expuestos a<br />
la violencia y a la muerte.<br />
No se nos envía a ellos por iniciativa nuestra, sino por el hecho <strong>de</strong> la mise-<br />
ria <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más: su sufrimiento remueve para nosotros el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l mundo,<br />
y nos convoca a construir un mundo nuevo en el que pueda ser realidad el<br />
amor fraterno.<br />
2.3. Raíz <strong>de</strong> la misión<br />
2.3.1. La misión y la profecía <strong>de</strong>l otro<br />
Constatemos, en primer lugar, esto con toda humildad: la Or<strong>de</strong>n existe<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> siglos, algunos <strong>de</strong> nosotros vivimos en ella <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>cenios; y, sin embar-<br />
go, tenemos que apren<strong>de</strong>r siempre <strong>de</strong> nuevo qué es la misión. ¿Constatación<br />
<strong>de</strong> una insuficiencia? Sin duda, y ya san Pablo tenía conciencia <strong>de</strong> ella: «¿quién<br />
está a la altura <strong>de</strong> tal tarea?» (2 Co 2,16). Y es que la misión no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>fi-<br />
nirse <strong>de</strong> una vez por todas; al ser una relación entre el Evangelio y el mundo,<br />
se verá forzada a cambiar cuando el mundo y la visión <strong>de</strong>l mundo cambian.<br />
La verdad se busca juntos y se construye juntos. El Predicador no se acer-<br />
ca al otro sólo para proclamar el Evangelio, sino para reconocer el Espíritu<br />
activo en aquel con el que se encuentra. El Predicador recibe incluso el Evangelio<br />
en ese encuentro. Anunciar el Evangelio es también buscarlo y revelar, en la<br />
escucha <strong>de</strong> la profecía <strong>de</strong>l otro, quién se dice en lo que Dios hace en él.<br />
La misión dominicana consiste en recibir las provocaciones <strong>de</strong>l mundo<br />
actual, en sus fallas y en sus capacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> creación, como un lugar en el que<br />
la verdad provoca la respuesta que se forma en nosotros.<br />
2.3.2. Un fundanzeilto trinitario<br />
Nuestra comprehensión <strong>de</strong> la misión se origina en la vida <strong>de</strong> Dios Trino.<br />
El Hijo y el Espíritu Santo se envían para comunicar el amor <strong>de</strong>l Padre a toda