1998 Bolonia - Conferencia Interprovincial de Dominicos de ...
1998 Bolonia - Conferencia Interprovincial de Dominicos de ...
1998 Bolonia - Conferencia Interprovincial de Dominicos de ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Aquí ofrecen una reflexión inacabada, abierta, sometida a discusión. Han<br />
hecho falta siglos para <strong>de</strong>finir quién era Cristo; nos harán falta algunos años<br />
para percatarnos <strong>de</strong> los retos <strong>de</strong> un tiempo tan nuevo. Pensamos a<strong>de</strong>más que,<br />
aunque las cuestiones planteadas no estén <strong>de</strong>l todo esclarecidas, no se necesita<br />
una claridad total para obrar. Después <strong>de</strong> todo, Amós no dominaba ningún<br />
análisis político: sabía que el pueblo sufría, y esto le bastó para lanzar un<br />
grito profético.<br />
k<br />
Novitas ... Estos tiempos nuevos nos invitan a repensar la misión y, para<br />
ello, a <strong>de</strong>limitar su contexto (1), a plantear <strong>de</strong> manera nueva la cuestión <strong>de</strong>l<br />
otro (11) y a revisar nuestra i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l diálogo (111). Habrá <strong>de</strong>spués que sacar las<br />
implicaciones para una Or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>cididamente comprometida en el seguimiento<br />
<strong>de</strong> Jesucristo en la predicación <strong>de</strong>l Reino (IV).<br />
1.1. Al aire <strong>de</strong>l mundo<br />
1. LA MISIÓN EN SU CONTEXTO<br />
Nuestra Or<strong>de</strong>n, como toda la Iglesia, está al servicio <strong>de</strong>l Evangelio. Y el<br />
Evangelio es para el mundo. Arriesguémonos, pues, a <strong>de</strong>stacar algunos rasgos<br />
dominantes <strong>de</strong>l mundo en el que el evangelio prosigue hoy su marcha.<br />
1.1.1. La globalización<br />
La economía internacional y las comunicaciones que ciñen el globo han<br />
interconectado a la humanidad. Se ha instaurado el tiempo mundial. De ello<br />
son testimonio tanto la araña <strong>de</strong> Internet, las antenas parabólicas que proli-<br />
feran en los tejados <strong>de</strong>l tercer mundo, como los efectos en todo el planeta <strong>de</strong><br />
recientes hundimientos <strong>de</strong> los mercados financieros <strong>de</strong>l Extremo Oriente.<br />
Hemos aprendido que el batir <strong>de</strong> ala <strong>de</strong> una mariposa <strong>de</strong> Nueva Guinea<br />
pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nar una tormenta sobre Nueva York un mes más tar<strong>de</strong>. En<br />
suma, este mundo transido por el flujo <strong>de</strong> las imágenes y <strong>de</strong> los capitales se<br />
<strong>de</strong>scubre, más que nunca, único.<br />
¿Contribuye nuestra Or<strong>de</strong>, esparcida por el mundo, a acompañar esta glo-<br />
balización por caminos <strong>de</strong> paz?<br />
1.1.2. La fragnzen tación<br />
Globalmente unificado, este mundo se nos muestra no obstante, más que<br />
nunca, quebrado, fracturado. Fr. Pieire Claverie hablaba <strong>de</strong> «grietas». Y estas<br />
faltas no son sólo geográficas -aunque lo puedan ser en zonas fronterizas<br />
calientes-, sino sociales, culturales, religiosas, económicas: entre Norte y Sur,