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1998 Bolonia - Conferencia Interprovincial de Dominicos de ...

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Aquí ofrecen una reflexión inacabada, abierta, sometida a discusión. Han<br />

hecho falta siglos para <strong>de</strong>finir quién era Cristo; nos harán falta algunos años<br />

para percatarnos <strong>de</strong> los retos <strong>de</strong> un tiempo tan nuevo. Pensamos a<strong>de</strong>más que,<br />

aunque las cuestiones planteadas no estén <strong>de</strong>l todo esclarecidas, no se necesita<br />

una claridad total para obrar. Después <strong>de</strong> todo, Amós no dominaba ningún<br />

análisis político: sabía que el pueblo sufría, y esto le bastó para lanzar un<br />

grito profético.<br />

k<br />

Novitas ... Estos tiempos nuevos nos invitan a repensar la misión y, para<br />

ello, a <strong>de</strong>limitar su contexto (1), a plantear <strong>de</strong> manera nueva la cuestión <strong>de</strong>l<br />

otro (11) y a revisar nuestra i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l diálogo (111). Habrá <strong>de</strong>spués que sacar las<br />

implicaciones para una Or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>cididamente comprometida en el seguimiento<br />

<strong>de</strong> Jesucristo en la predicación <strong>de</strong>l Reino (IV).<br />

1.1. Al aire <strong>de</strong>l mundo<br />

1. LA MISIÓN EN SU CONTEXTO<br />

Nuestra Or<strong>de</strong>n, como toda la Iglesia, está al servicio <strong>de</strong>l Evangelio. Y el<br />

Evangelio es para el mundo. Arriesguémonos, pues, a <strong>de</strong>stacar algunos rasgos<br />

dominantes <strong>de</strong>l mundo en el que el evangelio prosigue hoy su marcha.<br />

1.1.1. La globalización<br />

La economía internacional y las comunicaciones que ciñen el globo han<br />

interconectado a la humanidad. Se ha instaurado el tiempo mundial. De ello<br />

son testimonio tanto la araña <strong>de</strong> Internet, las antenas parabólicas que proli-<br />

feran en los tejados <strong>de</strong>l tercer mundo, como los efectos en todo el planeta <strong>de</strong><br />

recientes hundimientos <strong>de</strong> los mercados financieros <strong>de</strong>l Extremo Oriente.<br />

Hemos aprendido que el batir <strong>de</strong> ala <strong>de</strong> una mariposa <strong>de</strong> Nueva Guinea<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nar una tormenta sobre Nueva York un mes más tar<strong>de</strong>. En<br />

suma, este mundo transido por el flujo <strong>de</strong> las imágenes y <strong>de</strong> los capitales se<br />

<strong>de</strong>scubre, más que nunca, único.<br />

¿Contribuye nuestra Or<strong>de</strong>, esparcida por el mundo, a acompañar esta glo-<br />

balización por caminos <strong>de</strong> paz?<br />

1.1.2. La fragnzen tación<br />

Globalmente unificado, este mundo se nos muestra no obstante, más que<br />

nunca, quebrado, fracturado. Fr. Pieire Claverie hablaba <strong>de</strong> «grietas». Y estas<br />

faltas no son sólo geográficas -aunque lo puedan ser en zonas fronterizas<br />

calientes-, sino sociales, culturales, religiosas, económicas: entre Norte y Sur,

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