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crescencio palomo iglesias, op vida y obra de la m. trinidad del ...

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contentas a preguntarle a dón<strong>de</strong> íbamos a esperar<strong>la</strong>. Así pasamos tres meses... Que el día <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> Ascensión, en mayo, nos dijo sor Rosa: Id al corredor más alto, que le l<strong>la</strong>maban <strong>de</strong><br />

“Juanica”, rezad el santo Rosario con mucha <strong>de</strong>voción mirando al Cielo... y si no baja, es<br />

porque su mamá estará en el cielo muy contenta con el Señor, que le habrá aplicado<br />

vuestras penitencias y oraciones y le ha dado tanta gloria que ya no quiere bajar a <strong>la</strong> tierra,<br />

os espera en el cielo... Nos quedamos <strong>la</strong>s dos muy tristes; aquel día esperábamos el mi<strong>la</strong>gro<br />

al entrar el Señor en el cielo.<br />

»Nos bajábamos <strong>la</strong>s dos muy tristes y al pasar por <strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> <strong>la</strong> Virgen Santísima <strong>de</strong><br />

Belén, mi hermanita me l<strong>la</strong>mó <strong>la</strong> atención y me dijo alborozada y llena <strong>de</strong> entusiasmo: ¿No<br />

ves que <strong>la</strong> Virgen <strong>de</strong> Belén te da el Niño?» 62<br />

Esto lo confirma su hermana Pepita en carta a su primo Antolín <strong>de</strong>l 10 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong><br />

1889: «mi Merce<strong>de</strong>s quiere que hagamos muchas oraciones, vía crucis y penitencia, para<br />

alcanzar <strong>de</strong> nuestro Señor que nos resucite a mamá, porque están leyendo el Año Cristiano<br />

y dicen que san Estanis<strong>la</strong>o obispo resucitó un muerto <strong>de</strong> catorce años... y Merce<strong>de</strong>s cree<br />

que rezando nosotras mucho alcanzaremos que mamá resucite, que nos hace tanta falta. Si<br />

cantas misa pronto, aplica <strong>la</strong> misa por mamá y dile que <strong>la</strong> esperamos en el coro alto, si el<br />

Señor nos oyera, ¡qué te parece!, <strong>la</strong> alegría que llevaríamos todos!» 63<br />

La esperanza <strong>de</strong> <strong>la</strong> resurrección <strong>de</strong> <strong>la</strong> madre se <strong>de</strong>svaneció ese día <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ascensión al<br />

comprobar que no bajaba <strong>de</strong>l cielo, pero en Merce<strong>de</strong>s quedó un poso que supo aprovechar<br />

durante el resto <strong>de</strong> su <strong>vida</strong>: <strong>la</strong> oración, el sacrificio, <strong>la</strong> búsqueda y entrega a Jesús Niño, el<br />

encuentro con <strong>la</strong> Santísima Virgen vista y sentida como madre.<br />

Después <strong>de</strong> darse por vencida Merce<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que Dios no le concedía el mi<strong>la</strong>gro <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

resurrección <strong>de</strong> su madre, fue perdiendo poco a poco <strong>la</strong> esperanza <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r hacer algo para<br />

evitar que su padre se casase, aunque seguía sin dar el brazo a torcer, como lo manifiesta su<br />

hermana, ya mentalizada y aceptando <strong>la</strong> realidad, en carta <strong>de</strong>l 12 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1889 a<br />

su primo Antolín: «Tardas tanto en venir que mi Merce<strong>de</strong>s se pone triste; vino Manuel y<br />

Carlos a <strong>de</strong>spedirse, llenos <strong>de</strong> pena porque papá se casa con Victoria y se van <strong>de</strong> <strong>la</strong> casa;<br />

figúrate estos niños qué pronto se ol<strong>vida</strong>n <strong>de</strong> los consejos <strong>de</strong> mamá que nos encargó tanto<br />

no diésemos disgustos a papá.<br />

»Merce<strong>de</strong>s dice que si el<strong>la</strong> fuese gran<strong>de</strong> evitaría que papá se casase. A mí no me parece<br />

mal. Pues el<strong>la</strong> estaba enseñada por mamá a cuidar <strong>de</strong> casa y <strong>de</strong> los niños ya tanto tiempo,<br />

peor fuese que entrase otra <strong>de</strong>sconocida, a mí me gusta Victoria; porque dice papá, que<br />

como mamá está ya muy contenta en el cielo y no volverá más, no pue<strong>de</strong> estar solo con<br />

tantos niños en manos <strong>de</strong> criadas... ¿No te parece a ti bien? Díselo a mi Merce<strong>de</strong>s que llora<br />

pensar que papá no cui<strong>de</strong> <strong>de</strong> Manuel y Carlos. Me encarga les aconsejes tú, “como tutor<br />

nuestro”.» 64<br />

Pero ante <strong>la</strong> impotencia <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r arreg<strong>la</strong>r el problema familiar, Merce<strong>de</strong>s se fue<br />

metiendo, casi sin darse cuenta, en otro mundo. El niño Jesús, como se ha dicho, <strong>la</strong><br />

seducía, <strong>la</strong> arrastraba, <strong>la</strong> llevaba hacia el sagrario, y allí, tras <strong>la</strong>s rejas <strong>de</strong>l coro, por tratarse<br />

<strong>de</strong> un convento <strong>de</strong> c<strong>la</strong>usura, Merce<strong>de</strong>s le l<strong>la</strong>maba, le daba golpecitos para que saliera a<br />

estar con el<strong>la</strong>. Era <strong>la</strong> oración <strong>de</strong> una niña enamorada <strong>de</strong> Jesús bajo <strong>la</strong>s especies<br />

sacramentales, que estaba muy convencida <strong>de</strong> que allí estaba Jesús esperándole y acudía<br />

llena <strong>de</strong> fe y <strong>de</strong> amor, y se sentía cada vez más feliz en este idilio.<br />

Así fueron pasando los días, <strong>la</strong>s monjas <strong>la</strong> espiaban, <strong>la</strong> seguían sus ocurrencias y <strong>la</strong><br />

alentaban a seguir en ese camino. Y también, cómo no, <strong>la</strong> preparaban para <strong>la</strong> comunión,<br />

que entonces recibían <strong>la</strong>s pequeñas solo los jueves y domingos, enseñándo<strong>la</strong>s a estar con<br />

62 Cuad. 28, Escr. 7, pp. 53-54.<br />

63 Cuad. 36.<br />

64 Cuad. 36.

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