07.05.2013 Views

crescencio palomo iglesias, op vida y obra de la m. trinidad del ...

crescencio palomo iglesias, op vida y obra de la m. trinidad del ...

crescencio palomo iglesias, op vida y obra de la m. trinidad del ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

quitármelos vos y dirigirme vos mismo por el camino <strong>de</strong> <strong>la</strong> perfecta unión con vuestra<br />

adorabilísima voluntad, que busco como el ciervo herido <strong>la</strong> fuente <strong>de</strong> agua para saciar su<br />

sed.<br />

»Bien conocéis, Señor, cuánto os amo, a pesar que tanto os ofendí... pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que<br />

vuestra bondad hirió mi corazón, no quiero otra cosa que amaros... y llevar muchas almas a<br />

vos, aunque para ello os haya <strong>de</strong>sagradado alguna vez con mi ru<strong>de</strong>za y falta <strong>de</strong><br />

entendimiento. Pero <strong>de</strong> tal manera me siento unida a vos, que no quiero más que lo que vos<br />

queráis, ni más salud, ni enfermedad, ni gozar, ni sufrir... Pero que viniendo vos, Señor,<br />

que sois mi Padre, <strong>vida</strong> <strong>de</strong> mi alma, el mejor <strong>de</strong> todos los padres, todo lo recibiré como los<br />

mas ricos dones y dulces caricias <strong>de</strong> vuestra infinita misericordia, que tantas veces me libro<br />

<strong>de</strong>l infierno y <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte. ¡Hiriéndome me sanasteis, Señor! y con <strong>la</strong> cercana muerte me<br />

disteis <strong>la</strong> <strong>vida</strong> que tengo que es vuestra, y gustosa os <strong>la</strong> ofrezco para que <strong>la</strong> recibáis,<br />

trabajando aquí por vos, o muriendo en vuestros paternales brazos para unirme siempre a<br />

vos Dios mío, para ser siempre vuestra, cumpliendo en todo vuestro divino querer, incluso<br />

en no ver realizados aquí los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> vuestra adoración, haciéndoos voto <strong>de</strong> no querer<br />

más que el vuestro. ¡Dios mío ayúdame! Así sea.» 125<br />

Este <strong>de</strong>sbordamiento interior trascendía y animaba a <strong>la</strong>s monjas, a los sacerdotes y<br />

seg<strong>la</strong>res que esperaban el momento <strong>de</strong> <strong>la</strong> imp<strong>la</strong>ntación <strong>de</strong> <strong>la</strong> adoración. A su favor contaba<br />

también con fervorosas vocaciones que habían entrado en San Antón buscando <strong>la</strong> sombra<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> madre Trinidad y dispuestas a integrarse en <strong>la</strong> reforma y <strong>la</strong> adoración perpetua a Jesús<br />

sacramentado cuando y don<strong>de</strong> llegase el momento. Entre estas vocaciones se encontraban<br />

dos <strong>de</strong> sus sobrinas, sor Esperanza <strong>de</strong>l Santísimo Sacramento y sor Inés <strong>de</strong>l Niño Jesús.<br />

El 9 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1920 moría en Granada monseñor José Meseguer Costa sin que<br />

durante su episc<strong>op</strong>ado se hubiese podido establecer <strong>la</strong> adoración en San Antón o en otro<br />

convento, y esto a pesar <strong>de</strong>l interés que mostró para ello. Su sucesor monseñor Vicente<br />

Casanova y Mazol, sería quien aprobaría <strong>la</strong>s pretensiones <strong>de</strong> <strong>la</strong> madre Trinidad.<br />

El Arzobispo aprueba <strong>la</strong> adoración perpetua<br />

Al enterarse <strong>la</strong> madre Trinidad que el obispo <strong>de</strong> Almería, don Vicente Casanova y<br />

Mazol, había sido nombrado Arzobispo <strong>de</strong> Granada el 7 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1921, renació en el<strong>la</strong><br />

<strong>la</strong> esperanza <strong>de</strong> que el momento <strong>de</strong> <strong>la</strong> reforma y <strong>de</strong> <strong>la</strong> imp<strong>la</strong>ntación <strong>de</strong> <strong>la</strong> adoración había<br />

llegado. Tenía motivos suficientes para pensarlo, pues, como se dijo antes, había<br />

manifestado que don Vicente les daría <strong>la</strong> adoración, y esto lo había dicho en 1905, cuando<br />

era un párroco <strong>de</strong> Madrid y no se hab<strong>la</strong>ba <strong>de</strong>l él para obispo y menos para arzobispo <strong>de</strong><br />

Granada.<br />

A esto se añadía que entre los sacerdotes que <strong>la</strong> animaban y ayudaban se encontraban<br />

don Ricardo Pérez Recha, párroco en Almería y muy allegado al preconizado Arzobispo<br />

que lo llevó con él a Granada, y el administrador apostólico en se<strong>de</strong> vacante <strong>de</strong> Granada,<br />

don Jesús María Reyes. Estos dos sacerdotes anteriormente se habían comprometido a<br />

ayudar<strong>la</strong> y así lo venían haciendo con anterioridad a este nombramiento.<br />

Animada con estas valiosas ayudas y con mucha confianza y fe en el Señor, nada más<br />

enterarse <strong>de</strong> <strong>la</strong> elección, tomó contacto con el señor Arzobispo y le pidió <strong>la</strong> reforma y <strong>la</strong><br />

imp<strong>la</strong>ntación <strong>de</strong> <strong>la</strong> adoración. El preconizado Arzobispo «le contestó afablemente que<br />

cuando viniese a Granada y conociera bien el asunto le conce<strong>de</strong>ría lo que pedía.» 126<br />

125 Cuad. 41.<br />

126 Cuad. 1, Escr. 1, p. 76; cf. Cuad. 4, Escr. 2, p. 98.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!