se preveía, <strong>de</strong>bido a <strong>la</strong> normativa vigente entonces, que <strong>la</strong> apertura <strong>de</strong>l proceso tardaría bastante tiempo. Ya con <strong>la</strong> nueva normativa <strong>de</strong> <strong>la</strong> Iglesia para <strong>la</strong>s causas <strong>de</strong> canonización se abrió el proceso el 28 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1991 y en <strong>la</strong> actualidad se sigue trabajando en él. En archivo <strong>de</strong> <strong>la</strong> Postu<strong>la</strong>ción se conservan testimonios espontáneos <strong>de</strong> obispos, sacerdotes, religiosos y fieles en los que resaltan sus virtu<strong>de</strong>s, pi<strong>de</strong>n <strong>la</strong> canonización, y algunos también agra<strong>de</strong>cen favores recibidos. De entre estos testimonio se escoge el que se reproduce a continuación <strong>de</strong> monseñor Giuseppe Di Meglio. Un testimonio sobre <strong>la</strong> madre Trinidad La Fundadora <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Hermanas <strong>de</strong> <strong>la</strong> Santísima Eucaristía y <strong>de</strong> <strong>la</strong> Madre <strong>de</strong> Dios está entre <strong>la</strong>s figuras religiosas que han <strong>de</strong>jado una mayor impresión <strong>de</strong> admiración y <strong>de</strong> <strong>de</strong>voto afecto en mi ánimo. En mi <strong>la</strong>rga <strong>vida</strong> diplomática, transcurrida bajo tantos cielos y en tantas tierras, puedo bien <strong>de</strong>cir que no me he encontrado jamás con un alma tan humil<strong>de</strong>, tan dulce, tan simple, como <strong>la</strong> madre Trinidad. Des<strong>de</strong> que <strong>la</strong> conocí, en <strong>la</strong> Nunciatura Apostólica <strong>de</strong> España, en el lejano 1946, me impresionó profundamente su simplicidad: se vislumbraba a primera vista, <strong>la</strong> manifestaba en el rostro, emanaba <strong>de</strong> sus pa<strong>la</strong>bras. Una simplicidad, no hecha sólo <strong>de</strong> forma externa, sino que era como su segunda naturaleza, <strong>la</strong> expresión más profunda <strong>de</strong> su ser. La simplicidad <strong>de</strong> aquellos que saben penetrar en <strong>la</strong> esencia suma <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas, <strong>de</strong> nuestra unión con Dios y <strong>de</strong> nuestras re<strong>la</strong>ciones con el prójimo, sin razonamientos difíciles, sin <strong>de</strong>ducciones lógicas, mas viviendo <strong>la</strong> realidad así como es: amar a Dios y al prójimo en Dios, ver en los otros hombres a los pr<strong>op</strong>ios hermanos, ejercitar el cristianismo en un clima <strong>de</strong> bondad y <strong>de</strong> dulzura, realizar el sacrificio, constante y generoso, sin manifestarlo, como un <strong>de</strong>ber natural <strong>de</strong> sí mismo, porque en cada hombre está <strong>la</strong> imagen augusta <strong>de</strong> Dios. Sacrificarse con alegría, regocijándose, cantando. Transformar <strong>la</strong> pr<strong>op</strong>ia jornada <strong>de</strong> trabajo en cántico <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s criaturas. Sí, en <strong>la</strong> madre Trinidad yo he visto como un segundo san Francisco. No en vano el<strong>la</strong> había sido c<strong>la</strong>risa, y su vocación a <strong>la</strong> simplicidad, a <strong>la</strong> oración, <strong>la</strong> había impulsado a tras<strong>la</strong>dar, en simplicidad, <strong>la</strong> oración contemp<strong>la</strong>tiva en aquel<strong>la</strong> activa, sobre el fondo siempre franciscano <strong>de</strong> su ser. Así he visto a <strong>la</strong> Fundadora <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Hermanas <strong>de</strong> <strong>la</strong> Santísima Eucaristía y <strong>de</strong> <strong>la</strong> Madre <strong>de</strong> Dios; así <strong>la</strong> he visto, admirado, amando como una madre; así he visto, admirado, amado a sus hijas como un hermano suyo. Dulces y valientes hijas, que llenas todavía <strong>de</strong>l primer espíritu <strong>de</strong> <strong>la</strong> Fundadora, han recogido en <strong>vida</strong> y sobre el lecho extremo <strong>de</strong> <strong>la</strong> agonía, <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada, <strong>la</strong> exhortación, <strong>la</strong> oración para ser como el<strong>la</strong>, pías, buenas, ejemp<strong>la</strong>res, y lo están realizando en el mundo con fi<strong>de</strong>lidad y amor. No aspiran a cosas gran<strong>de</strong>s: están don<strong>de</strong> Dios <strong>la</strong>s quieren, se contentan <strong>de</strong> poco. Parten con sinceridad su pobre pan para distribuirlo a los indigentes, abren su alma maternal a <strong>la</strong> niñas inocentes, y cultivan los gérmenes <strong>de</strong> bondad, <strong>de</strong> pureza, <strong>de</strong> fe. Trabajan y oran, siempre, sin <strong>de</strong>scanso. Las pob<strong>la</strong>ciones, que tienen intuitivo el sentido <strong>de</strong>l bien, saben qué buenas son estas hermanitas, <strong>la</strong>s admiran <strong>la</strong>s aman y si se marchan lloran. Don<strong>de</strong> quiera, y ante todo en Roma, el<strong>la</strong>s han <strong>de</strong>jado este dulce sentido <strong>de</strong> tristeza en el barrio don<strong>de</strong> trabajaron por tres años. Yo soy testigo <strong>de</strong> su espíritu, <strong>de</strong> su trabajo, <strong>de</strong> sus sacrificios.
La Madre fundadora ha inculcado en su corazón tres amores: <strong>la</strong> Eucaristía, <strong>la</strong> Virgen y el Papa. De estos tres amores bril<strong>la</strong> ahora en el cielo su gloria; <strong>de</strong> estos tres amores resp<strong>la</strong>n<strong>de</strong>cen, adornadas <strong>de</strong> sacrificio, sus hijas en <strong>la</strong> tierra. Mons. Giuseppe Di Meglio Officiale <strong>de</strong>l<strong>la</strong> Suprema Sacra Congregazione <strong>de</strong>l Sant’Offizio
- Page 1 and 2:
CRESCENCIO PALOMO IGLESIAS, O.P. VI
- Page 3 and 4:
VIDA Y OBRA DE LA M. TRINIDAD DEL P
- Page 5 and 6:
Viaje a Roma La Guerra Civil españ
- Page 7 and 8:
PALABRAS PREVIAS La vida de la madr
- Page 9 and 10:
«Mi padre, de edad de quince años
- Page 11 and 12:
parroquia de la Encarnación. En el
- Page 13 and 14:
aunque sus apariencias son de más
- Page 15 and 16:
«Padre mío, mi santa madre y abue
- Page 17 and 18:
Con la Primera Comunión se abrió
- Page 19 and 20:
ecibir el Santísimo Sacramento en
- Page 21 and 22:
Con la retirada de la abuela, el va
- Page 23 and 24: y cariño, cuando yo toda enfurruñ
- Page 25 and 26: ofrecí a él para siempre. Entonce
- Page 27 and 28: Jesús y amarle de corazón. Cuánt
- Page 29 and 30: estante, y cuando volví del espant
- Page 31 and 32: Este momento tan importante en la v
- Page 33 and 34: Jesús sacramentado tras la pared d
- Page 35 and 36: otro convento y otros, como el padr
- Page 37 and 38: Así empezó a cumplirse lo que el
- Page 39 and 40: y la había defendido ante la comun
- Page 41 and 42: siguió cultivando cada vez con má
- Page 43 and 44: «En la ciudad de Granada, a diez y
- Page 45 and 46: dedicó de lleno a la oración y a
- Page 47 and 48: madre y de la que recibió singular
- Page 49 and 50: Don Vicente Casanova tomó posesió
- Page 51 and 52: Fundación en Chauchina III. PRIMER
- Page 53 and 54: eligiosa en el pueblo de Chauchina
- Page 55 and 56: »¡Tú dirás, Maestro divino, el
- Page 57 and 58: IV. NUEVAS FUNDACIONES (1933-1949)
- Page 59 and 60: Así pudo, con gran fe y esperanza,
- Page 61 and 62: El día 31 de julio de 1933 saliero
- Page 63 and 64: a la fundación de Portugal, le rog
- Page 65 and 66: la vida activa. Esto por entonces e
- Page 67 and 68: Chauchina de abrir un pequeño cole
- Page 69 and 70: «Hoy 29, -escribe dirigiéndose a
- Page 71 and 72: Casa de Bilbao En Deusto, Bilbao, p
- Page 73: leerlo exclamó: «Nunc dimittis.»
- Page 77 and 78: actividades parroquiales y en la an
- Page 79 and 80: Se dedican a la formación integral