07.05.2013 Views

crescencio palomo iglesias, op vida y obra de la m. trinidad del ...

crescencio palomo iglesias, op vida y obra de la m. trinidad del ...

crescencio palomo iglesias, op vida y obra de la m. trinidad del ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Este encuentro con el señor Nuncio fue c<strong>la</strong>ve en el futuro <strong>de</strong> <strong>la</strong> Obra. La madre Trinidad<br />

lo narra con sencillez en sus notas o crónica <strong>de</strong>l viaje: «Nos preguntaba amablemente<br />

quiénes éramos y a qué veníamos, extrañándose fuésemos tan so<strong>la</strong>s, sin que nadie nos diese<br />

carta ninguna <strong>de</strong> presentación. Le manifesté cómo <strong>de</strong>seábamos hacer una fundación en<br />

París, y antes <strong>de</strong> acabar nos dijo: “No, no, hijas <strong>de</strong> mi alma, a París no, <strong>de</strong> ninguna manera,<br />

vayan a Portugal y allí <strong>la</strong> <strong>vida</strong> es más barata y el país muy tranquilo, estarán muy bien...”<br />

Yo le dije no conocíamos a nadie, y en París unas señoras nos lo daban todo.<br />

»Y con carácter más enérgico repitió: “A París <strong>de</strong> ninguna manera, vayan a Portugal, y<br />

díganles a los padres jesuitas que yo <strong>la</strong>s envío, que cui<strong>de</strong>n <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s”. Después <strong>de</strong> casi una<br />

hora preguntando por <strong>la</strong>s dos comunida<strong>de</strong>s con muchos pormenores e interés, nos bendijo,<br />

diciéndonos: “Tienen mi permiso y bendición para ir a Portugal, a Italia o América, etc.,<br />

don<strong>de</strong> Dios <strong>la</strong>s lleve, menos a París”. Nosotras, muy rendidas y humil<strong>de</strong>s, le prometimos<br />

obe<strong>de</strong>cer, le rogamos mirase por nosotras, etc., y salimos muy conso<strong>la</strong>dísimas <strong>de</strong>l paternal<br />

cariño con que fuimos acogidas... pero sin saber a qué padres jesuitas acudir, porque aquí<br />

no conocimos a ninguno.» 163<br />

La madre Trinidad acogió <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong>l Nuncio como <strong>la</strong> voz <strong>de</strong> Dios. No dudó en<br />

abandonar el camino hacia París, don<strong>de</strong> contaba con lo necesario para iniciar <strong>la</strong> fundación,<br />

y dirigirse hacia Portugal, a lo <strong>de</strong>sconocido, a tratar con los jesuitas españoles allí<br />

refugiados que no conocía. Inmediatamente se puso en movimiento: <strong>la</strong> con<strong>de</strong>sa <strong>de</strong><br />

Monteforte tomó contacto con los jesuitas <strong>de</strong> Oporto y le prometió pagarle <strong>la</strong> casa en esta<br />

capital; a través <strong>de</strong> religiosas <strong>de</strong>l Servicio Doméstico <strong>de</strong> Madrid, encontraba hospedaje en<br />

<strong>la</strong>s mismas religiosas <strong>de</strong> Oporto; los pasaportes los arreg<strong>la</strong>ron como seg<strong>la</strong>res, figurando en<br />

<strong>la</strong> cédu<strong>la</strong> personal como señoras <strong>de</strong> compañía <strong>de</strong> doña Carmen Termens; alguna nueva<br />

limosna también le vino, <strong>de</strong> <strong>la</strong> que envió a Berja una cantidad para pagar el pan.<br />

Mas no tardó mucho en surgirle un contratiempo. El Obispo Auxiliar y Vicario General<br />

en se<strong>de</strong> vacante <strong>de</strong> Granada le había dicho a <strong>la</strong> madre Trinidad que le esperasen en Madrid<br />

don<strong>de</strong> haría una parada camino <strong>de</strong> San Sebastián. Una carta comunicaba a <strong>la</strong> madre<br />

Trinidad que el 24 diría <strong>la</strong> misa a <strong>la</strong>s ocho <strong>de</strong> <strong>la</strong> mañana en <strong>la</strong> parroquia <strong>de</strong> San Marcos.<br />

Allí fue a oír <strong>la</strong> misa, y, al saludar al Obispo, le dijo que volviera a <strong>la</strong>s siete <strong>de</strong> <strong>la</strong> tar<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

ese día. Volvió a <strong>la</strong> hora seña<strong>la</strong>da y al contarle lo tratado en <strong>la</strong> vista con el señor Nuncio y<br />

los preparativos para ir a Portugal, el señor Obispo se extrañó y le dijo que volvieran al<br />

Nuncio a insistir sobre <strong>la</strong> licencia para París, pues él había hab<strong>la</strong>do con él por <strong>la</strong> mañana<br />

<strong>de</strong>l tema. Por obediencia, volvió <strong>la</strong> madre Trinidad al señor Nuncio, quien no <strong>la</strong> recibió con<br />

<strong>la</strong> amabilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> vez anterior: «El 25 volvimos –dice– al señor Nuncio y nos recibió un<br />

poco más serio; nos dijo que el señor Obispo le había hab<strong>la</strong>do <strong>de</strong> lo que yo <strong>de</strong>seaba, y se<br />

mostró más <strong>op</strong>uesto, hasta el punto <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirnos: “Si van a <strong>la</strong> fundación buscando lugar <strong>de</strong><br />

refugio tienen mi permiso, si es otra cosa, les retiro el permiso... Estoy enterado <strong>de</strong> todo por<br />

el señor Obispo, que dice tiene usted pedido a Roma... y creo no se lo conce<strong>de</strong>rán”.» 164<br />

Esta segunda visita al señor Nuncio <strong>de</strong>sanimó a <strong>la</strong>s compañeras hasta tal punto que <strong>la</strong><br />

madre Patrocinio con lágrimas le dijo a <strong>la</strong> madre Trinidad: «Madre, vamos a Berja... ¿no ve<br />

lo que nos ha dicho el señor Nuncio?» A lo que <strong>la</strong> Madre respondió: «Si vuestras carida<strong>de</strong>s<br />

quieren irse a Berja, <strong>la</strong>s envío enseguida y yo me voy a Portugal, que creo haber entendido<br />

<strong>de</strong>l señor Nuncio nos da permiso en <strong>la</strong>s condiciones indicadas, que <strong>de</strong>seo cumplir en todo<br />

para gloria <strong>de</strong> Dios» 165 . Después <strong>de</strong> estas pa<strong>la</strong>bras, <strong>la</strong>s dos compañeras se animaron y<br />

prometieron seguir el camino don<strong>de</strong> Dios quisiera llevar<strong>la</strong>s.<br />

163 Cuad. 8, Escr. 4, pp. 30-31. Cf. Cuad. 3, Escr. 2, p. 73.<br />

164 Cuad. 8, Escr. 4, p.34.<br />

165 Cuad. 8, Escr. 4, p.34; Cf. Cuad. 8, Escr. 4, p.34.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!