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BAUTISMO Y CONFIRMACIÓN. Sacramentos de iniciación ... - 10

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84 P.I. La <strong>iniciación</strong> en la experiencia <strong>de</strong> la Iglesia<br />

(1547), al dar la doctrina sobre la justificación; en la sesión XIV<br />

(1551), cuando trató <strong>de</strong>l sacramento <strong>de</strong> la penitencia, y, más expresamente,<br />

en la sesión VIII (1547), que <strong>de</strong>dicó a la doctrina sobre los<br />

sacramentos y, en particular, sobre el bautismo.<br />

Los pronunciamientos conciliares estuvieron condicionados, <strong>de</strong><br />

un lado, por las negaciones <strong>de</strong> los reformadores, y, <strong>de</strong>l otro, por la<br />

doctrina <strong>de</strong> los escolásticos (y por las <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong>l Decretum<br />

pro Armenis). Los damos en or<strong>de</strong>n sistemático:<br />

— En términos generales, se vindica como buena la doctrina sobre<br />

el bautismo que propone la Iglesia romana (DS 1616). El bautismo<br />

es sacramento en sentido verda<strong>de</strong>ro y propio (DS 1601), superior<br />

al <strong>de</strong> Juan (DS 1614).<br />

— El sacramento <strong>de</strong>l bautismo y el sacramento <strong>de</strong> la penitencia<br />

son dos sacramentos distintos; se diferencian en la materia, en la<br />

forma, en el ministro y en los frutos (DS 1671-1672, 1702; cf. también<br />

DS 1542-1543).<br />

— El bautismo no es libre, sino necesario para la salvación (DS<br />

1618; cf. DS 1672), como único remedio contra el pecado original<br />

(DS 1513-1515) y única causa (instrumental) <strong>de</strong> justificación (DS<br />

1524 y 1529), aunque lo pue<strong>de</strong> suplir el votum baptismi (DS 1524).<br />

Por tanto, los niños <strong>de</strong>ben ser bautizados (DS 1514; cf. DS 1625-<br />

1627) 21 .<br />

— Las disposiciones requeridas en el sujeto para la justificación<br />

sacramental son la fe, el arrepentimiento y <strong>de</strong>testación <strong>de</strong> los pecados<br />

personales, la esperanza, el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>l bautismo y el propósito <strong>de</strong><br />

iniciar una vida nueva (DS 1526-1527).<br />

— Al ministro se le pi<strong>de</strong> la intención <strong>de</strong> hacer lo que hace la<br />

Iglesia y se afirma la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l bautismo conferido por herejes (DS<br />

1617).<br />

— El bautismo ejerce una causalidad instrumental real ex opere<br />

operato (DS 1529; cf. DS 1606, 1608).<br />

— El bautismo borra el pecado original tanto en los adultos como<br />

en los niños, aunque no la concupiscencia (DS 1513-1515); no<br />

los hace inmunes al pecado (DS 1619). Borra los pecados actuales<br />

personales (DS 1672; cf. DS 1515 y 1526-1530). Condona todas las<br />

penas temporales <strong>de</strong>bidas al pecado (DS 1543; cf. Decr. pro Armenis:<br />

«... <strong>de</strong> suerte que, si mueren antes <strong>de</strong> cometer algún pecado,<br />

alcanzan <strong>de</strong> inmediato el reino <strong>de</strong> los cielos y la visión <strong>de</strong> Dios»: DS<br />

1316).<br />

21 Cf. DEGRAEVF, J., Het kin<strong>de</strong>r doopsel op <strong>de</strong> T sessie van Trente: Bijdragen 25<br />

(1964) 1-28; DUVAL, A., Le Concite <strong>de</strong> Trente et le baptéme <strong>de</strong>s enfants: LMD 1<strong>10</strong><br />

(1972) 16-24.<br />

C.4. Bautismo y confirmación en la época mo<strong>de</strong>rna 85<br />

— Por el bautismo el hombre es renovado interiormente, justificado,<br />

revestido <strong>de</strong> gracia santificante, positivamente santificado,<br />

convertido en hijo adoptivo <strong>de</strong> Dios, incorporado a Cristo, hecho<br />

amigo <strong>de</strong> Dios, sin que nada que<strong>de</strong> en él que pueda odiar Dios (DS<br />

1515, 1523, 1524, 1528).<br />

— El bautismo confiere las virtu<strong>de</strong>s infusas <strong>de</strong> fe, esperanza y<br />

caridad (DS 1530).<br />

— El bautismo es puerta <strong>de</strong> entrada en la Iglesia; hace miembros<br />

<strong>de</strong>l Cuerpo <strong>de</strong> Cristo (DS 1671; cf. Decr. pro Armenis: DS<br />

1314); somete a los bautizados a las leyes <strong>de</strong> la Iglesia (DS 1620-<br />

1621).<br />

— Por fin, el bautismo imprime carácter en el alma, es <strong>de</strong>cir, una<br />

señal espiritual e in<strong>de</strong>leble por cuya razón no pue<strong>de</strong> repetirse el bautismo<br />

(DS 1609; cf. DS 1624).<br />

b) El concilio abordó también el tema <strong>de</strong> la confirmación en la<br />

sesión VII, vinculándolo estrechamente con la doctrina <strong>de</strong> los sacramentos<br />

en general y <strong>de</strong>l bautismo. Se limitó a afirmar, contra la unánime<br />

negación <strong>de</strong> los reformadores, que la confirmación no es sólo<br />

una ceremonia superflua ni una especie <strong>de</strong> catequesis, sino verda<strong>de</strong>ro<br />

sacramento, uno <strong>de</strong> los siete (DS 1601 y 1628); que es uno <strong>de</strong> los<br />

tres sacramentos que imprimen carácter (DS 1609) y que el ministro<br />

ordinario es únicamente el obispo (DS 1630).<br />

A pesar <strong>de</strong> la forma <strong>de</strong> anatematismos que revisten la mayoría <strong>de</strong><br />

los pronunciamientos <strong>de</strong>l concilio, en su conjunto representan una<br />

exposición bastante completa y autorizada <strong>de</strong> la doctrina católica<br />

acerca <strong>de</strong> estos dos sacramentos <strong>de</strong> la <strong>iniciación</strong>, que durante algunos<br />

siglos serviría <strong>de</strong> punto <strong>de</strong> referencia a los teólogos católicos.<br />

Sin embargo, parece <strong>de</strong> justicia confesar que la crisis protestante fue,<br />

por falta <strong>de</strong> diálogo fructífero, una oportunidad fallida para la Iglesia<br />

occi<strong>de</strong>ntal. La teología católica <strong>de</strong>jó pasar la ocasión <strong>de</strong> confrontar,<br />

con espíritu <strong>de</strong> autocrítica, sus posturas teológicas y pastorales con<br />

las críticas <strong>de</strong> los renovadores, reconociendo en ellas algunos valores<br />

que eventualmente podría haber reintegrado en su síntesis, profundizando,<br />

por ejemplo, en los fundamentos bíblicos <strong>de</strong> estos sacramentos,<br />

en la relación Palabra <strong>de</strong> Dios-sacramento, en la importancia<br />

<strong>de</strong> la Palabra en los sacramentos, en la función <strong>de</strong> la fe, en la<br />

jerarquía existente entre estos dos sacramentos, en la referencia <strong>de</strong>l<br />

bautismo a la comunidad, la importancia <strong>de</strong> que los fieles que participan<br />

en la celebración entiendan el sentido <strong>de</strong> los ritos y <strong>de</strong> los<br />

textos, en el carácter escatológico <strong>de</strong>l bautismo, es <strong>de</strong>cir, su proyección<br />

a la vida cristiana <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l bautismo. Por no haberlo hecho<br />

entonces, habrá que esperar hasta los tiempos <strong>de</strong>l Vaticano II a que

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