BAUTISMO Y CONFIRMACIÓN. Sacramentos de iniciación ... - 10
BAUTISMO Y CONFIRMACIÓN. Sacramentos de iniciación ... - 10
BAUTISMO Y CONFIRMACIÓN. Sacramentos de iniciación ... - 10
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
264 P.Ilsec.H. Parte sistemática<br />
no, y, según los escolásticos, el carácter que imprime reviste, entre<br />
otros rasgos, el <strong>de</strong> ser signum obligativum, signo comprometedor,<br />
recordatorio <strong>de</strong> las obligaciones contraídas.<br />
Puesto que los valores comunicados por este sacramento son reforzamiento<br />
y prolongación <strong>de</strong> los que ya se recibieran en el bautismo,<br />
se compren<strong>de</strong> que las obligaciones que <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong>rivan se hayan<br />
<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r también como una intensificación <strong>de</strong> las ya adquiridas<br />
en el bautismo y que, por tanto, las características <strong>de</strong> la<br />
espiritualidad <strong>de</strong> la confirmación estén en la línea <strong>de</strong> las que ya<br />
hemos advertido en la <strong>de</strong>l bautismo 2 .<br />
I. «HOMBRE DEL ESPÍRITU»<br />
Lo <strong>de</strong>be ser ya el bautizado, pero el sacramento <strong>de</strong> la confirmación,<br />
mediante la nueva infusión <strong>de</strong>l Espíritu, lo ha <strong>de</strong>jado marcado<br />
<strong>de</strong> un modo peculiar y <strong>de</strong>finitivo como hombre <strong>de</strong>l Espíritu: ha estrechado<br />
aún más la vinculación que ya existía entre él y el Espíritu,<br />
poniéndolo <strong>de</strong> una manera nueva bajo su égida.<br />
A partir <strong>de</strong> este momento, al Espíritu le incumbe un protagonismo<br />
especial en la vida <strong>de</strong> ese cristiano. Si vivir en el Espíritu es el<br />
i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> todo bautizado (Gal 5,15.25: vivir y obrar según el Espíritu),<br />
lo es ahora <strong>de</strong>l confirmado con un nuevo motivo, también a título<br />
<strong>de</strong> confirmado. Su existencia <strong>de</strong>be estar y manifestarse como una<br />
existencia iluminada por la presencia <strong>de</strong>l Espíritu, que ya no <strong>de</strong>jará<br />
<strong>de</strong> acompañarle en el camino <strong>de</strong> la vida.<br />
Se espera <strong>de</strong> él una atención <strong>de</strong>spierta a esta forma nueva <strong>de</strong><br />
presencia y actividad <strong>de</strong>l Espíritu en su vida. Se la recordará el carácter<br />
que imborrablemente ha quedado impreso en su alma. Deberá<br />
<strong>de</strong>jar el campo libre a su acción, <strong>de</strong>jarse guiar y animar por el Espíritu<br />
(Rom 8,14; Gal 5,18) y colaborar con él, respondiendo a sus<br />
impulsos o mociones. En otros términos, <strong>de</strong>berá <strong>de</strong>jarse poseer <strong>de</strong>l<br />
Espíritu para po<strong>de</strong>r poseerlo, consciente <strong>de</strong> que «la cima <strong>de</strong> la vida<br />
cristiana es la posesión <strong>de</strong>l Espíritu» (san Serafín <strong>de</strong> Sarov).<br />
Esto le ayudará a vivir el proceso <strong>de</strong> la vida cristiana como un<br />
don <strong>de</strong>l cielo, como una aventura <strong>de</strong> gracia, <strong>de</strong> gratuidad, porque el<br />
Espíritu Santo es DON por antonomasia (1 Jn 3,14; 7,39; Rom 5,5:<br />
2 Cor 1,22; 5,5; Ef 1,13-14). De este modo su nueva manera <strong>de</strong> vivir<br />
reflejará la dimensión carismática y espiritual <strong>de</strong> la vida cristiana.<br />
Deberá tomar conciencia (y mantenerla viva) <strong>de</strong> que en la confirmación<br />
el Espíritu le fue otorgado como el Espíritu que nutre (Ireneo),<br />
como una fuerza <strong>de</strong> crecimiento. Ayudar a crecer en Cristo es<br />
2 Cf. FUSTER, S., La confirmación y la espiritualidad secular: TE 6 (1962) 29-38.<br />
C. 12. Las exigencias <strong>de</strong> la confirmación 265<br />
una <strong>de</strong> las funciones <strong>de</strong>l Espíritu, pero contando siempre con la cooperación<br />
<strong>de</strong>l confirmado. La mediación interior <strong>de</strong>l Espíritu —entre<br />
Cristo y nosotros— le ayudará a profundizar más y más en el misterio<br />
<strong>de</strong> Cristo, a hacer la experiencia espiritual personal <strong>de</strong> ese misterio,<br />
a caminar hacia la verdad plena. Deberá <strong>de</strong>jar las manos libres al<br />
Espíritu para que continúe en él la labor iniciada en el bautismo,<br />
reproduciendo cada vez con más perfección los rasgos <strong>de</strong> la imagen<br />
<strong>de</strong> Cristo. Deberá estar atento al testimonio que, con redoblada fuerza<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la confirmación, el Espíritu da en su interior (Gal 4,6;<br />
Rom 5,5.15-16), para po<strong>de</strong>r vivir con mayor intensidad, en Cristo y<br />
con Cristo, la filiación divina.<br />
En la confirmación el Espíritu reforzó la vinculación <strong>de</strong>l cristiano<br />
con la Iglesia e intensificó su i<strong>de</strong>ntificación con ella. Por la gracia<br />
<strong>de</strong>l sacramento nació una nueva y más profunda relación entre el<br />
confirmado y la Iglesia. Correspon<strong>de</strong> ahora al confirmado seguir<br />
consolidando ese efecto en su vida, <strong>de</strong>jándose llevar <strong>de</strong> la mano por<br />
el Espíritu hacia una participación cada vez más intensa en la vida y<br />
actividad <strong>de</strong> la Iglesia.<br />
II. RESPONSABILIDADES DE ADULTO<br />
Por la gracia <strong>de</strong>l sacramento <strong>de</strong> la confirmación el bautizado ha<br />
llegado a la madurez <strong>de</strong> la edad adulta. Ahora bien, «cuando el hombre<br />
llega a la madurez (ad perfectam aetatem), empieza a colaborar<br />
con los <strong>de</strong>más (communicare actiones suas ad alios); hasta entonces<br />
ha vivido como individualmente, para sí» 3 . Lo propio <strong>de</strong> la edad<br />
adulta es abandonar el egocentrismo <strong>de</strong> la infancia y empezar a pensar<br />
en los <strong>de</strong>más; no contentarse con recibir solamente, sino comprometerse<br />
también a dar; abrirse al mundo <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. Es la edad en<br />
que uno busca empleo y se pone a trabajar; y empieza a sentirse<br />
corresponsable <strong>de</strong> la marcha <strong>de</strong> la sociedad: pro aliis: Es también el<br />
momento <strong>de</strong> empezar a tomar <strong>de</strong>cisiones responsables. El niño no<br />
<strong>de</strong>ci<strong>de</strong> casi nada <strong>de</strong> su vida; necesita ser llevado <strong>de</strong> la mano. En<br />
cambio, el adulto camina solo, tiene po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión y lo ejerce.<br />
Las exigencias <strong>de</strong>l sacramento <strong>de</strong> la confirmación funcionan en<br />
ambas direcciones: por una parte, obligan a abrirse a los <strong>de</strong>más, porque<br />
la orientación individualista <strong>de</strong> la vida cristiana está reñida con<br />
la gracia <strong>de</strong> la confirmación; por otra parte, reclaman al confirmado<br />
que actúe en la vida <strong>de</strong> la comunidad y en la sociedad con responsabilidad<br />
<strong>de</strong> persona adulta.<br />
3 SANTO TOMAS, STh III, q.72, a.2.