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Seminario Internacional de Miami Miami ... - MINTS español

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literatura bíblica a la fi<strong>de</strong>lidad <strong>de</strong> Dios en su pacto. La palabra se halla también en Esdras 7:28<br />

y 9:9 en el contexto <strong>de</strong>l rey Artajerjes.<br />

6a. esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración <strong>de</strong> tu siervo, que hago ahora<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> ti día y noche, por los hijos <strong>de</strong> Israel tus siervos;<br />

Suplica Nehemías la atención <strong>de</strong> Dios, conoce que los oídos y ojos <strong>de</strong> su Señor se cierran ante el<br />

que permanece en pecado. Se doblega ante el Santo, dobla su cerviz, él es siervo que con<br />

respeto y reverencia llega ante su amo a pedir clemencia, no hay otra forma <strong>de</strong> acercarse el<br />

pecador ante el Dios que es pura luz, pero la humildad lo levantará. Y ora continuamente, día a<br />

día, noche a noche, como Jacob, lucha por la respuesta <strong>de</strong> misericordia para con los que son sus<br />

hermanos <strong>de</strong> raza y <strong>de</strong> fe. Cuánta preocupación y amor hay implícita en esta acción noble. Los<br />

hijos Israel no le son <strong>de</strong>sconocidos a Dios, son sus escogidos y esclavos, han fallado, han perdido<br />

el sentido, pero siguen siendo <strong>de</strong> Dios y ahora el ruego es por misericordia.<br />

6b… y confieso los pecados <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa<br />

<strong>de</strong> mi padre hemos pecado. 7. En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado<br />

los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo.<br />

Es hermoso observar en la cita anterior, que Nehemías reconoce la maldad que anida en su<br />

corazón y en el corazón <strong>de</strong> Israel, no solo Israel ha pecado, Nehemías también, no se excluye.<br />

Maldad que los ha hecho <strong>de</strong>sviarse <strong>de</strong>l camino <strong>de</strong> la vida y <strong>de</strong> la salvación muchas veces, se<br />

olvidaron <strong>de</strong> los mandatos <strong>de</strong> Dios que <strong>de</strong>bían ser su patrón <strong>de</strong> vida (Lev. 18). Han llegado a un<br />

punto exagerado en su impiedad contra Dios. Si, contra Dios han pecado, es contra el Eterno el<br />

pecado, la misma confesión <strong>de</strong> Nehemías es la <strong>de</strong> David: Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he<br />

hecho lo malo <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> tus ojos; (Sal. 51:4), y como también en 2ª Reyes 17:7: porque los hijos<br />

<strong>de</strong> Israel pecaron contra Jehová su Dios, que los sacó <strong>de</strong> tierra <strong>de</strong> Egipto… cuán <strong>de</strong>sprevenidos<br />

pasamos por la vida que pecamos y no nos damos cuenta contra quién lo hacemos: contra el Dios<br />

Trino y Uno. Nadie escapa, ni el mismo Nehemías. La <strong>de</strong>sobediencia a la Palabra es la causa <strong>de</strong><br />

las horribles condiciones que soportan, por eso Jerusalén y sus habitantes están como están. En<br />

2ª Reyes 17:20 se halla la respuesta <strong>de</strong> Dios al pecado <strong>de</strong> Su Pueblo: Y <strong>de</strong>sechó Jehová a toda la<br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Israel, y los afligió, y los entregó en manos <strong>de</strong> saqueadores, hasta echarlos <strong>de</strong><br />

su presencia. Se repite la historia con los escogidos.<br />

El copero <strong>de</strong>l rey muy distante, está sorprendido, lo mismo que Habacuc ve el mal, observa la<br />

afrenta y sus consecuencias, y como este profeta pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir: “¿Por qué me haces ver iniquidad,<br />

y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> mí, y pleito y contienda se<br />

levantan. La ley es <strong>de</strong>bilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al<br />

justo, por eso sale torcida la justicia” (Hab. 1:3-4). Pero, ¿no se han dado cuenta? Los muros<br />

caídos, las puertas <strong>de</strong>rribadas y las condiciones humanas y espirituales en grave crisis y no<br />

compren<strong>de</strong>n su realidad. El que ha estado lejos ha podido discernir el origen <strong>de</strong> todo esto, no los<br />

que experimentaban allá en el contexto jerosolimitano, nadie en la ciudad <strong>de</strong> David veía, todos<br />

estaban ciegos, hasta dón<strong>de</strong> el pecado cierra los ojos para no <strong>de</strong>scubrir los factores que generan<br />

sus <strong>de</strong>rrotas y miserias.<br />

Mal <strong>de</strong>scubierto ha <strong>de</strong> reconocerse, confesarse, <strong>de</strong>jarse a un lado, el pecado hace que Dios encoja<br />

Su mano y cierre los oídos (Isaías 59:1-2), así que hay que <strong>de</strong>rribar el muro <strong>de</strong> separación:

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