NIETZSCHE Y LA TRAGEDIA EN LA ÉPOCA DE LOS CENTAUROS.
NIETZSCHE Y LA TRAGEDIA EN LA ÉPOCA DE LOS CENTAUROS.
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Parménides es caracterizado por Nietzsche, en oposición a<br />
Heráclito, como el profeta de una verdad lograda por medio de la razón,<br />
un apasionado de la dialéctica 61 y la lógica, entendida como un<br />
principio formal. Nietzsche considera que tanto para Parménides como<br />
para Spir el alcance de los enunciados de la lógica no es lógico, sino<br />
ontológico, puesto que sólo es que aquello que se adecúa al principio de<br />
identidad. De modo que el entero mundo del fenómeno, en el que no<br />
encontramos identidad, es negado junto con los sentidos. Así,<br />
“Después de plantear como regla del pensamiento el principio de<br />
contradicción, fundado a su vez en la ley del ser, ha sido el iniciador de<br />
la Ontología especulativa y, más generalmente, de toda Filosofía<br />
racionalista” 62 .<br />
En La filosofía en la época trágica Parménides representa al<br />
hombre que se esconde tras los conceptos. A partir de una inferencia<br />
inválida sostiene que el ser existe, aunque nunca se presenta en la<br />
experiencia, por el solo hecho de que puede ser pensado y bajo el<br />
exclusivo “presupuesto de que poseemos un órgano del conocimiento<br />
que penetra en la esencia de las cosas y que es independiente de la<br />
experiencia” (FTG, p. 88). Para Parménides, entonces, la verdad<br />
esencial es que “el ser es y el no ser no es” y lo que define al ser, son<br />
las mismas características que lo definían para Spir: la identidad y<br />
unidad, por lo que resulta “imposible que existan varios «ser», varios<br />
«lo que es»; de ser así, para poder diferenciar y dividir unos de otros<br />
tendría que existir entre ellos algo que no fuera ser: una suposición que<br />
61 Cfr. También León Robin, op. Cit., p. 87.<br />
62 Ibíd.<br />
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