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NIETZSCHE Y LA TRAGEDIA EN LA ÉPOCA DE LOS CENTAUROS.

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Abdera, ya que lo hace subsidiario del pensamiento dogmático de<br />

Parménides 75 .<br />

La tradición reservaba para Sócrates mejor suerte, sin embargo,<br />

para Nietzsche, su aparición marca el inicio de la decadencia de la<br />

historia de la filosofía griega 76 . La inflexión que con él se da es<br />

significativa, puesto que, a partir de ese momento, el intelectualismo,<br />

como un tirano, sumerge al griego en el optimismo científico que busca<br />

una justificación moral de la existencia, alejándolo de la trágica<br />

aceptación del devenir.<br />

En la figura de Sócrates se condensan aquellas fuerzas<br />

productoras de conceptos, de identidad, de Ser, que en Sobre verdad y<br />

mentira se oponen a la intuición del artista. El engendramiento de tal<br />

impulso científico termina por ahogar la matriz instintiva y artística<br />

(cuyo primer vehículo es el individuo) de la que surge lo nuevo y el<br />

constante movimiento de revitalización en la sociedad, ya que cuando<br />

este elemento prima, impide la renovación cultural. Visto como<br />

síntoma, Sócrates representaría la exageración, la deformación del<br />

elemento racional-gregario-moral.<br />

Sócrates se torna en un crítico de su época al procurar reemplazar<br />

la sabiduría instintiva, inconsciente, presente en sus antecesores, por<br />

una conciencia erudita capaz de expresar conceptualmente aquello que<br />

75 De hecho Platón, en la senda de Parménides, abrigó gran desprecio por Demócrito, llegando a<br />

tener intenciones incluso de quemar sus libros, de lo cual fue disuadido sólo por el testimonio de<br />

unos pitagóricos que le informaron que esto era inútil dado que “andaban ya en manos de muchos”.<br />

Sin embargo, su oposición al “más excelente de los filósofos” –según lo llama Diógenes, esta<br />

importante fuente de Nietzsche en los estudios sobre Demócrito-, fue no emitir comentario alguno.<br />

En oposición a Platón, Timón alaba a Demócrito llamándolo “sabio/ autor del bello estilo y la docta<br />

frase/ y sobre todo del hablar festivo” (Cfr. Diógenes Laercio, op. cit., p. 151). La estima de<br />

Nietzsche hacia Demócrito, en desmedro de la figura de Aristóteles, muestra hasta que punto ha<br />

incorporado, ya en sus primeros años de recepción, la visión de Lange incluso por sobre la de<br />

Schopenhauer (ver en general las reflexiones sobre Demócrito expresadas en El mundo como<br />

voluntad y representación y la Historia del materialismo).<br />

76 También en este aspecto (considerar a la filosofía posterior a Sócrates como decadente) Nietzsche<br />

coincide con Lange; éste, al final del capítulo “Darwinismo y teleología”, sostiene: “la decadencia<br />

tiene también sus grandes filósofos, como Platón en los últimos tiempos de la filosofía griega” (p.<br />

318).<br />

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