NIETZSCHE Y LA TRAGEDIA EN LA ÉPOCA DE LOS CENTAUROS.
NIETZSCHE Y LA TRAGEDIA EN LA ÉPOCA DE LOS CENTAUROS.
NIETZSCHE Y LA TRAGEDIA EN LA ÉPOCA DE LOS CENTAUROS.
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
conocimiento, haciéndonos ver que es la única fuente de la belleza y<br />
abundancia de la existencia. Su poder es purificante, así al levantar el<br />
velo de Maya de lo apolíneo para mostrarnos a Dioniso en su apogeo,<br />
no sólo no derruye la figura del primero, sino que a través de ésta<br />
resulta fortalecido.<br />
La tragedia representa todo lo contrario del arte como catarsis, el<br />
arte no tiene por objeto ni calmar las pasiones mediante un desahogo<br />
momentáneo, ni aplacarlas mediante una explicación de la superior<br />
racionalidad de las visicitudes humanas. La tragedia es agón, entendido<br />
como decisión, como juicio estético, pero en cuanto es juicio del<br />
instinto, es decir, de la naturaleza, es un juicio universal: la tragedia<br />
para Nietzsche es el tribunal supremo del Universo.<br />
El devenir de la humanidad consiste en una serie de<br />
interpretaciones, el punto de vista trágico tendría por función subsumir,<br />
en un todo que se cierra sobre sí mismo, la diversidad al fin reducida<br />
del tiempo. Nos permite reconocernos en todo y dar a todos los<br />
desplazamientos pasados la forma de la reconciliación, lanza sobre lo<br />
que está detrás de ella una mirada de fin del mundo; una mirada aguda,<br />
que distingue, distribuye, deja actuar las desviaciones y los márgenes;<br />
una mirada disociante, capaz de disociarse ella misma y de borrar la<br />
unidad de ese ser humano supuestamente capaz de llevarla<br />
soberanamente hacia su pasado. De forma que a toda solución del azar<br />
opone, para dominarla, el riesgo de un azar aún más grande.<br />
71