La teoría de los cuatro escalones. Violencia, criminalidad e ...
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<strong>de</strong>scomprimir un sistema carcelario aberrante. Del mismo modo, la mo<strong>de</strong>rnización organizativa,<br />
funcional y doctrinal <strong>de</strong> lo cuerpos policiales es una necesidad política en el marco <strong>de</strong> una<br />
auténtica <strong>de</strong>mocracia.<br />
<strong>La</strong> legitimidad en fuga<br />
<strong>La</strong>s relaciones con las distintas clases sociales, la institucionalización <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong>rechos, la<br />
estructura <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mandas ciudadanas y <strong>los</strong> márgenes <strong>de</strong> garantías para víctimas y victimarios,<br />
constituyen elementos cruciales en la tramitación <strong>de</strong> <strong>los</strong> problemas <strong>de</strong> legitimidad. En casi todas<br />
las socieda<strong>de</strong>s, al abrigo <strong>de</strong> <strong>los</strong> factores estructurales, la violencia directa y la <strong>criminalidad</strong> han<br />
<strong>de</strong>sbordado la capacidad operativa <strong>de</strong>l Estado, el cual es interpelado y exigido por una opinión<br />
pública insegura. Los estados tienen dificulta<strong>de</strong>s severas para asumir las consecuencias <strong>de</strong> las<br />
propias dinámicas macro estructurales. 19<br />
En medio <strong>de</strong> las limitaciones estatales para imponer la ley, <strong>de</strong> la privatización <strong>de</strong> la<br />
sociedad y <strong>de</strong> la adquisición <strong>de</strong> una ciudadanía <strong>de</strong> baja intensidad, agencias <strong>de</strong> control como la<br />
policía han <strong>de</strong>scartado a la comunidad como sujeto esencial <strong>de</strong> la seguridad ciudadana. Los<br />
límites categoriales <strong>de</strong> toda institución –que reproducen la <strong>de</strong>sigualdad- han quedado <strong>de</strong><br />
manifiesto:<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el ámbito policial no solamente se rechazó la posibilidad <strong>de</strong> que <strong>los</strong> ciudadanos<br />
puedan i<strong>de</strong>ntificar la naturaleza y la envergadura <strong>de</strong> <strong>los</strong> problemas y situaciones <strong>de</strong><br />
violencia así como la <strong>criminalidad</strong> existente en su vecindad sino que, a<strong>de</strong>más, se<br />
posicionó a la misma policía como la única institución capaz <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar y accionar<br />
sobre esos problemas y situaciones. En general, las agencias le adjudicaron a la<br />
ciudadanía un papel esencialmente pasivo e inerte en materia <strong>de</strong> seguridad, ante lo cual<br />
la policía, en su propia visión, <strong>de</strong>be asumir un activo papel <strong>de</strong> li<strong>de</strong>razgo y protección que<br />
no condice, por cierto, con la complementación mutua postulada por las modalida<strong>de</strong>s<br />
mo<strong>de</strong>rnas <strong>de</strong> ‘policiamiento comunitario’ (Sain, 2002).<br />
El crecimiento <strong>de</strong> la violencia, la <strong>criminalidad</strong> y la inseguridad replantea la relación entre<br />
el Estado y la sociedad. En ese abigarrado juego <strong>de</strong> inclinaciones y <strong>de</strong>mandas hay que localizar<br />
las vertientes <strong>de</strong> la legitimidad, en tanto verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>safío para la gobernabilidad <strong>de</strong> las<br />
socieda<strong>de</strong>s mo<strong>de</strong>rnas. Muchas dudas sobrevienen: ¿cómo contrarrestar el malestar <strong>de</strong> la<br />
seguridad? ¿Cómo fundamentar una injerencia eficaz <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r coactivo <strong>de</strong>l Estado sin violentar<br />
19 Según el parecer <strong>de</strong> Marcelo Sain, se fue mo<strong>de</strong>lando “un escenario en el que las relaciones entre el Estado y la<br />
sociedad pasaron a caracterizarse por un bajo grado <strong>de</strong> institucionalización. Su contracara estuvo dada por la<br />
aniquilación y privatización <strong>de</strong> hecho <strong>de</strong> la esfera formalmente pública <strong>de</strong>l Estado a través <strong>de</strong> la apropiación <strong>de</strong> sus<br />
funciones por parte <strong>de</strong> actores y estructuras <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r privados y <strong>de</strong>lincuenciales, <strong>de</strong> proyección local, regional y<br />
nacional” (Sain, 2002).<br />
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