La teoría de los cuatro escalones. Violencia, criminalidad e ...
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el robo <strong>de</strong> vehícu<strong>los</strong> pue<strong>de</strong> ser un mero oportunismo predatorio, un robo para<br />
<strong>de</strong>smantelar sus piezas, un robo para ser vendido en otro país con mínimos cambios <strong>de</strong>l<br />
vehículo, o incluso un robo instrumental para cometer otro <strong>de</strong>lito como por ejemplo un<br />
asalto a un banco. Los <strong>cuatro</strong> hechos pue<strong>de</strong>n ser calificados <strong>de</strong> robos <strong>de</strong> vehícu<strong>los</strong>, sin<br />
embargo, <strong>los</strong> mismos obe<strong>de</strong>cen a motivos completamente diferentes y ello <strong>de</strong>be ser<br />
incluido en la explicación (Trajtenberg, 2006).<br />
<strong>La</strong> segunda línea está <strong>de</strong>stinada a observar las “limitaciones” <strong>de</strong> toda acción criminal. Por<br />
una parte, <strong>los</strong> individuos utilizan tiempo y esfuerzo escasos en el momento <strong>de</strong> la acción criminal,<br />
lo que <strong>los</strong> arrastra a tomar “<strong>de</strong>cisiones subóptimas”. Por la otra, <strong>los</strong> cálcu<strong>los</strong> racionales exhiben<br />
muchas veces unilateralida<strong>de</strong>s al concentrarse exclusivamente en <strong>los</strong> costos y beneficios<br />
inmediatos, soslayando el mediano y largo plazo (por ejemplo, el castigo eventual, la posibilidad<br />
<strong>de</strong> que aumente la vigilancia, etc.) (Trajtenberg, 2006).<br />
<strong>La</strong> última línea se asienta en una interrogación: ¿cuáles son las circunstancias que hacen<br />
más probable la ocurrencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>litos? Un objeto más visible y accesible, más atractivo real y<br />
simbólicamente, menos controlado y vigilado, y más distante con relación al potencial ofensor,<br />
tendrá pues probabilida<strong>de</strong>s más altas <strong>de</strong> caer en manos <strong>de</strong> una acción criminal. En esta<br />
perspectiva, el marco situacional es “pasivo” y carece <strong>de</strong> toda influencia sobre la acción. Es<br />
apenas un dato <strong>de</strong> la realidad a partir <strong>de</strong>l cual operan las preferencias, las opciones y las<br />
oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> unos agentes racionales que no saben <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> vienen ni adón<strong>de</strong> van. 33<br />
<strong>La</strong> <strong>teoría</strong> <strong>de</strong> la elección racional guarda un singular parecido con <strong>los</strong> principios básicos<br />
<strong>de</strong>l “conductismo”: al elegir entre acciones alternativas una persona ten<strong>de</strong>rá a elegir aquellas en<br />
las que percibe que es mayor la probabilidad <strong>de</strong> obtener un refuerzo <strong>de</strong>terminado, multiplicado<br />
por el valor <strong>de</strong> la unidad <strong>de</strong> refuerzo (Homans, 1990). Sin embargo, el conductismo toma<br />
distancia y asegura que lo “racional” no aña<strong>de</strong> nada al significado <strong>de</strong> la acción. “Racional” es un<br />
término normativo, usado para persuadir a la gente <strong>de</strong> que se comporte <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminada manera<br />
(Homans, 1990).<br />
El “conductismo economicista” es incapaz, en rigor, <strong>de</strong> dar cuenta <strong>de</strong> la conducta. Por el<br />
contrario, el conductismo social postula el principio <strong>de</strong> “frustración-agresión”, el cual <strong>de</strong>scribe<br />
una <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> conducta emocional, muy relevante para enten<strong>de</strong>r el <strong>de</strong>lito:<br />
33 Una variante teórica <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> la acción racional pue<strong>de</strong> encontrarse en la llamada “<strong>teoría</strong> <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s<br />
rutinarias”. Aquí el crimen se asocia a la existencia, en un mismo tiempo y espacio, <strong>de</strong> tres elementos cruciales: “un<br />
target a<strong>de</strong>cuado, ausencia <strong>de</strong> vigilancia y un posible ofensor motivado. <strong>La</strong> diferencia se encontraría en la<br />
caracterización <strong>de</strong>l ofensor motivado don<strong>de</strong> se asumen algunas causales <strong>de</strong> otra índole, más cercanas a la no visión<br />
economicista, como la ambición o la necesidad <strong>de</strong> alimentar un hábito <strong>de</strong> drogas, comportamiento rebel<strong>de</strong>, presión<br />
<strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> pares, aceptación cultural <strong>de</strong> hábitos criminales, creencias en legitimidad <strong>de</strong> cometer crímenes, etc.”<br />
(Trajtenberg, 2006).<br />
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