La teoría de los cuatro escalones. Violencia, criminalidad e ...
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<strong>La</strong>s instituciones <strong>de</strong> control formal también ostentan entramados discursivos <strong>de</strong> altísima<br />
complejidad. <strong>La</strong>s policías, por ejemplo, que reivindican las modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> “policiamiento<br />
disuasivo y reactivo” como táctica básica <strong>de</strong> prevención y conjuración <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito, sucumben casi<br />
siempre a la antinomia castrense amigo-enemigo, la que consiste<br />
en persuadir o convencer al contendiente <strong>de</strong> la inconveniencia <strong>de</strong> iniciar un ataque, dada<br />
la notable superioridad <strong>de</strong> medios o la capacidad operativa propia. Ello obliga a que el<br />
aparato policial genere la sensación <strong>de</strong> omnipotencia en todos <strong>los</strong> lugares <strong>de</strong> la sociedad<br />
aunque, en verdad, no cuente con <strong>los</strong> efectivos ni con <strong>los</strong> recursos humanos necesarios<br />
para cubrir tal presencia. Se trata <strong>de</strong> una operación simbólica en cuyo marco se produce<br />
un constante aumento <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> <strong>los</strong> agentes en la calle y la consecuente<br />
asignación <strong>de</strong> <strong>los</strong> a<strong>de</strong>cuados soportes presupuestarios para financiarla (Sain, 2002). 55<br />
<strong>La</strong>s agencias policiales <strong>de</strong>ben <strong>de</strong>mostrar, en la práctica, una capacidad <strong>de</strong> acción, vale<br />
<strong>de</strong>cir, una imagen proyectada <strong>de</strong> intervención exitosa. Al ser una <strong>de</strong> las representaciones<br />
simbólicas más fuertes <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n y la seguridad en la conciencia social, sus discursos y metáforas<br />
resultan tan <strong>de</strong>cisivos institucionalmente como sus realizaciones reales. <strong>La</strong> percepción <strong>de</strong> que la<br />
<strong>de</strong>lincuencia ha ganado la calle es un po<strong>de</strong>roso estímulo para la producción discursiva que<br />
legitima –endógena y exógenamente- la razón <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> una institución como la policía.<br />
El espacio abierto <strong>de</strong> lo comunitario –como se analizó en el escalón institucional- es un<br />
ámbito igualmente generador <strong>de</strong> discursos y significados. Si pudiera <strong>de</strong>finirse a la sociedad civil<br />
como una esfera <strong>de</strong> solidaridad –a diferencia <strong>de</strong> la política, la economía y la religión- en la que el<br />
universalismo abstracto y las versiones particularistas <strong>de</strong> <strong>los</strong> ciudadanos se encuentran<br />
entrelazados, quizá advertiríamos que allí se con<strong>de</strong>nsan <strong>los</strong> lugares comunes sobre la violencia,<br />
la <strong>criminalidad</strong> y la inseguridad. <strong>La</strong> sociedad civil remite a un ámbito <strong>de</strong> la conciencia<br />
estructurada y socialmente establecida, a una red <strong>de</strong> comprensiones que operan por <strong>de</strong>bajo y por<br />
encima <strong>de</strong> instituciones explícitas e intereses auto conscientes <strong>de</strong> las élites (Alexan<strong>de</strong>r, 2000).<br />
Toda dimensión comunitaria se asienta en códigos que proporcionan las categorías<br />
estructuradas <strong>de</strong> lo puro y lo impuro <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las cuales se dispone todo miembro –o miembro<br />
potencial- <strong>de</strong> la sociedad civil:<br />
<strong>de</strong>l mismo modo en que no existe religión <strong>de</strong>sarrollada que no divida el mundo entre lo<br />
venerable y lo <strong>de</strong>testable, tampoco existe un discurso civil que no conceptualice el mundo<br />
entre aquel<strong>los</strong> que son merecedores <strong>de</strong> inclusión y aquel<strong>los</strong> que no lo son…Cuando <strong>los</strong><br />
55 Mientras que esta modalidad organizativa sólo en casos excepcionales estructura un eficiente sistema <strong>de</strong><br />
información para la planificación <strong>de</strong> la presencia disuasoria, la institución conceptualiza al <strong>de</strong>lito “como una<br />
disfunción o anomalía o, en términos <strong>de</strong> numerosas escuelas criminológicas <strong>de</strong> enfoque conductista, como una<br />
epi<strong>de</strong>mia expandida en la sociedad, al mismo tiempo que ésta es presentada y vivificada como un campo <strong>de</strong> batalla<br />
cuyos actores excluyentes son, justamente, <strong>los</strong> <strong>de</strong>lincuentes y la policía” (Sain, 2002).<br />
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