La teoría de los cuatro escalones. Violencia, criminalidad e ...
La teoría de los cuatro escalones. Violencia, criminalidad e ...
La teoría de los cuatro escalones. Violencia, criminalidad e ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
más bien se trata <strong>de</strong> una forma <strong>de</strong> organización en un contexto caracterizado por el<br />
<strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n, por lo que requiere como contrapeso una férrea codificación y la existencia <strong>de</strong><br />
tensas rivalida<strong>de</strong>s que <strong>de</strong>finen el a<strong>de</strong>ntro-afuera, en particular entre grupos inmigrantes<br />
enfrentados por el control <strong>de</strong> un territorio (Kessler, 2004).<br />
En la versión <strong>de</strong>l funcionalismo mertoniano, <strong>los</strong> grupos todavía no integrados a la<br />
estructura cultural reaccionan ante la anomia a través <strong>de</strong> medios ilegítimos para acce<strong>de</strong>r a fines<br />
dados. <strong>La</strong>s pandillas, pues, son formas organizadas <strong>de</strong> respuesta a la anomia:<br />
en este punto se articulan sociabilidad y subcultura, porque, en el contexto <strong>de</strong> una<br />
concepción funcionalista <strong>de</strong> la cultura, la dificultad <strong>de</strong> alcanzar <strong>los</strong> logros sociales en<br />
forma legítima (trabajo, estudio) es comprendida a partir <strong>de</strong> la generación <strong>de</strong><br />
subculturas que proveen legitimación y recursos para llegar a ellas por medios<br />
‘innovadores’ (Kessler, 2004). 42<br />
Sin embargo, <strong>los</strong> trabajos más recientes <strong>de</strong> carácter multifactorial, <strong>de</strong>muestran que <strong>los</strong><br />
picos <strong>de</strong> la actividad <strong>de</strong>lictiva se ubican en las eda<strong>de</strong>s adolescentes, produciéndose luego el<br />
abandono. En <strong>de</strong>finitiva, sólo una pequeña minoría empren<strong>de</strong> una verda<strong>de</strong>ra carrera <strong>de</strong>lictiva. <strong>La</strong><br />
conclusión impacta <strong>de</strong> lleno sobre el corazón <strong>de</strong> <strong>los</strong> supuestos <strong>de</strong> muchas <strong>teoría</strong>s culturalistas:<br />
si bien esto pue<strong>de</strong> cambiar según las estructuras <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> cada periodo, en<br />
todo caso contradice empíricamente <strong>teoría</strong>s que van presuponiendo, ya sea por mayor<br />
adscripción cultural o por procesos <strong>de</strong> etiquetamiento, un compromiso creciente con<br />
activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>lictivas con el paso <strong>de</strong>l tiempo (Kessler, 2004). 43<br />
<strong>La</strong>s perspectivas culturalistas para compren<strong>de</strong>r el comportamiento violento y <strong>de</strong>lictivo<br />
admiten distintas líneas <strong>de</strong> análisis teórico, las cuales reflejan la interacción compleja entre<br />
42 <strong>La</strong>s críticas a <strong>los</strong> supuestos mertonianos han provenido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> distintos lados. Hay estudios ingleses sobre<br />
pandillas que advierten sobre una fuerte i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> clase y un menor apego nacional a <strong>los</strong> valores <strong>de</strong>l logro<br />
individual: “para Elias y Scotson, en un estudio sobre el grupo <strong>de</strong> marginales que habitaban en las inmediaciones <strong>de</strong><br />
la aburridamente respetable Winston Parva, el <strong>de</strong>lito tanto como las peleas en <strong>los</strong> cines, las borracheras y una vida<br />
sexual más relajada constituían la respuesta hedonista a la vida tediosamente or<strong>de</strong>nada <strong>de</strong> un suburbio obrero en vías<br />
<strong>de</strong> aburguesamiento. Así, la respetabilidad <strong>de</strong>l pueblo generaba la <strong>de</strong>sviación <strong>de</strong> <strong>los</strong> otros grupos no por la<br />
imposibilidad <strong>de</strong> compartir sus logros, sino por un intento mutuo <strong>de</strong> diferenciación i<strong>de</strong>ntitaria” (Kessler, 2004).<br />
43 <strong>La</strong>s relaciones entre la crisis <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong>l trabajo, la subcultura y la conducta violenta o criminal, <strong>de</strong>ben pasar<br />
por el tamiz <strong>de</strong> <strong>los</strong> procesos sociales y culturales <strong>de</strong> cada sociedad. Así, en un excelente estudio “sobre las bandas <strong>de</strong><br />
reven<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> crack en Harlem, Bourgois encuentra que las mismas son una fuente <strong>de</strong> recursos en un universo<br />
territorial acotado y controlado, al mismo tiempo que una forma <strong>de</strong> construir respeto e i<strong>de</strong>ntidad. Es claramente una<br />
contracultura, pues expresa valores propios, opuestos a un universo cultural que <strong>los</strong> excluye. <strong>La</strong> altísima violencia<br />
reinante tiene, en este sentido, un efecto <strong>de</strong> fijación <strong>de</strong> una contracultura alternativa. Distinto es lo que muestra<br />
Dubet para el caso francés…No se trata <strong>de</strong> pandillas ni <strong>de</strong> grupos que expresan una contracultura; más bien<br />
asistimos a la emergencia <strong>de</strong> formas <strong>de</strong> sociabilidad ligadas a la <strong>de</strong>sorganización <strong>de</strong> valores y sentidos <strong>de</strong> la<br />
comunidad obrera. Se trata <strong>de</strong> una sociabilidad no regulada, que se auto<strong>de</strong>struye por el efecto mismo <strong>de</strong> dicha<br />
<strong>de</strong>sorganización” (Kessler, 2004).<br />
55