Lazarillo de Manzanares
Lazarillo de Manzanares
Lazarillo de Manzanares
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
102 JUAN CORTÉS DE TOLOSA<br />
bazo y las <strong>de</strong>más partes <strong>de</strong>l cuerpo. ¡Oh, qué tal era para un día<br />
<strong>de</strong> fiestas en la corte! ¡Alquilárase aquel balcón muy caro,<br />
porque cabían muchos en él!<br />
Los dientes eran buenos para ella, porque a quien lo tenía<br />
todo tan malo, le estaba bien, supuesto que no tenían nada que<br />
echar a per<strong>de</strong>r. Parecían pan <strong>de</strong> santo, porque como ellos no lo<br />
comen está por unas partes negro, por otras azul y amarillo por<br />
otras. Pues ¡quizá eran pocos! Nunca entendí que había Sierra<br />
Morena <strong>de</strong> dientes hasta entonces, según estaban unos sobre<br />
otros y tantos como he dicho.<br />
Tampoco entendí, hasta que la hube visto, que había narices<br />
<strong>de</strong> hábito corto, como sotanilla y herreruelo. Hacía un<br />
pucherillo cuando hablaba que más parecía cacharro: no era<br />
poco, pero no valía nada. Viuda era <strong>de</strong> un barbero no poco<br />
dichoso en morirse por salir <strong>de</strong> con ella.<br />
Despedime y vínose conmigo el que a su casa me había<br />
llevado preguntándome qué me pareció <strong>de</strong>lla; mas yo no le<br />
respondí cosa alguna hasta que otras tres veces me lo preguntó.<br />
Entonces alcé los ojos y dije:<br />
—Estoy haciendo memoria si os he ofendido en algo y<br />
paréceme que no, y también tengo por sin duda que mis padres<br />
no os hicieron ningún agravio; y, con todo, no me puedo<br />
persuadir a que vos no tengáis alguna gran ojeriza conmigo,<br />
porque una mujer como ésta no se pudiera haber encaminado<br />
sino a un hombre <strong>de</strong> quien se quisiese tomar entera venganza,<br />
estoy por <strong>de</strong>cir mayor que en matarle, porque entonces le<br />
mataba muchas veces, si quitándole la vida una.<br />
—¿Qué queréis <strong>de</strong>cir? —dijo él—, ¿que no es muy hermosa?<br />
Pues no fuera buen casamiento si eso no faltara. ¿Nunca oístes,<br />
<strong>de</strong>cir: «Dios te dé mujer que todos te la codicien y ninguno te la<br />
alcance»?<br />
—Sí he oído —respondí.<br />
—Pues esa mujer os traía.