13.05.2013 Views

Lazarillo de Manzanares

Lazarillo de Manzanares

Lazarillo de Manzanares

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

LAZARILLO DE MANZANARES 119<br />

Vinieron y mandó se casasen con ellas: cruel castigo.<br />

Allí entró luego un hombre —a su parecer satisfecho <strong>de</strong> que<br />

volvería bien <strong>de</strong>spachado— que el juez le <strong>de</strong>sconoció; y,<br />

diciéndole que no era él el que había visto hasta entonces, le dio<br />

por respuesta que sí era, salvo que por entrar antes que otros<br />

había tenido cierta pesadumbre en que perdió la cabellera.<br />

—Y bien, ¿por qué os la ponéis?<br />

—Porque parezco muy mal calvo.<br />

—Y ¿queréis volver a la edad en que tuvistes pelo para<br />

holgaros, como si ahora amaneciese? Pues sabed que ya es <strong>de</strong><br />

noche. Y, ¿qué queréis?<br />

—Suplicaros sane <strong>de</strong> un corrimiento que a las narices me<br />

viene, porque las tengo postizas y me ocupa mucho entrarme<br />

tan a menudo en un portal a limpiarlas; y podéis dármele en<br />

otra parte, cuando la merced no me hagáis cumplida.<br />

—En fin, ¿que sois calvo y tenéis las narices <strong>de</strong> metal?<br />

—Sí, señor, y también tengo dos fuentes.<br />

—Y, con todo, los ojos cerrados —le dijo—. Pues el haceros<br />

merced es no hacer lo que me pedís: bástaos lo malo que sois<br />

sin daros ocasión a que lo seáis más.<br />

Muchas veces dijo: «¡Entradme acá esos gruesos,<br />

entrádmelos acá!», cuando veo entrar cuatro o cinco que por<br />

fuerza llevaban un hombre muy hinchado, mirando con gran<br />

gravedad.<br />

—¿Quién sois? —se le preguntó.<br />

Respondió muchos títulos.<br />

Ansí, dijo:<br />

—Llamadme acá algunos <strong>de</strong> los que están ahí fuera. ¿Qué<br />

oficio tenéis? —fue preguntando.<br />

Dijo el primero que gentilhombre <strong>de</strong> una señora.<br />

—¡Vos tenéis harta mala ventura!<br />

En fin, entre cantidad <strong>de</strong>llos, el que mejor comodidad tuvo<br />

fue comer en casa <strong>de</strong> un hermano suyo.<br />

Volviose al hinchado y díjole:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!