Lazarillo de Manzanares
Lazarillo de Manzanares
Lazarillo de Manzanares
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
LAZARILLO DE MANZANARES 27<br />
Cogió bonitamente un grano grueso y, sin que lo viese, se le<br />
reventó en él, <strong>de</strong> manera que, como le tapó luego con la mano,<br />
quedó a escuras. Y yo cogí mi pusilánime barbero y di con él en<br />
la sala para que se bajase por las escaleras abajo, que podía muy<br />
bien, a no ser tan cobar<strong>de</strong> que, puesto en ella, se volviese <strong>de</strong>trás<br />
<strong>de</strong> la cama; <strong>de</strong> que mi ama y yo quedamos como difuntos, y<br />
más cuando me preguntó:<br />
—Lázaro, ¿quién estaba ahí ahora contigo?<br />
Y aquí entra mi papel.<br />
—Nadie, señor —respondí yo—, sino que cuando hay<br />
pasión en un ojo, una cosa parecen dos; o, si no, <strong>de</strong>se vuesa<br />
merced un pequeño golpe en él y conocerá esta verdad<br />
abriéndole <strong>de</strong>spués.<br />
Íbalo a poner por ejecución, y, para que tuviese más efecto,<br />
se llegó mi ama y dijo:<br />
—Mira bobo, no te has <strong>de</strong> dar recio, sino <strong>de</strong>sta manera —y<br />
diole ella que pudiera <strong>de</strong>jarle a buenas noches, y él se sintió<br />
tanto que lo mostró bien con un gran grito.<br />
Entonces cogí mi retraído y le encaminé por las escaleras<br />
abajo. Y él dijo que tenía yo mil razones, porque jurara que<br />
había salido por la sala un hombre. Yo le respondí:<br />
—Es lo que le he dicho a vuesa merced, y ansí, nadie se ha<br />
<strong>de</strong> arrojar a hacer juicios temerarios, porque aunque tengan<br />
apariencia <strong>de</strong> verdad pue<strong>de</strong> ser engañarse; o si no, dígame<br />
vuesa merced, le ruego, el que se echa <strong>de</strong> pechos sobre una<br />
tinaja <strong>de</strong> agua ¿es el propio que en ella se figura?<br />
—Sí es —respondió él.<br />
—Pues vea cómo se engaña, porque el que estaba arriba se<br />
halló boca abajo, y el <strong>de</strong> abajo boca arriba; luego no era el<br />
propio.<br />
—Digo, hijo <strong>Lazarillo</strong>, que cada día voy <strong>de</strong>scubriendo en ti<br />
que <strong>de</strong>bes serlo <strong>de</strong> buenos padres, porque veo que sabes leer,<br />
escribir y contar, algo <strong>de</strong> latín y, sobre todo, que tienes muy<br />
buenos respectos.