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Lazarillo de Manzanares

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LAZARILLO DE MANZANARES 41<br />

días sopa —y muchos <strong>de</strong>llos dorada— y un pedazo <strong>de</strong> buen<br />

tocino, perdices o ganso relleno —que también era hijo <strong>de</strong> casa<br />

y lo hacía él por excelencia—, y tal vez algún guisadillo. Con<br />

ello, y la olla con la fruta según el tiempo —<strong>de</strong> que comía<br />

poco—, a la noche poníamos al fuego un asador tan corto <strong>de</strong><br />

talle que apenas había por don<strong>de</strong> le tomar para darle vueltas, o<br />

un gran pedazo <strong>de</strong> carnero, <strong>de</strong> que solía hacer un gigote. Y con<br />

todo esto, prometo a vuesa merced que era buen hombre, cosa<br />

que a mí me causaba no poca admiración, porque un cuerpo tan<br />

bien comido y mejor bebido, como luego diré, suele ser<br />

travieso.<br />

Ara pues, cenábamos los dos solos y bebíamos como si<br />

estuviéramos acompañados. De lo caro era lo <strong>de</strong> las cenas —<br />

porque <strong>de</strong>cía que a tales horas había <strong>de</strong> ser lo mejor, pues<br />

faltaba el sol en ellas—, y a mediodía otro, si no tan bueno, poco<br />

menos. Los segundos postres eran <strong>de</strong>cir luego cosas que<br />

hicieran reír a un hombre que no tiene dineros. ¡Mire vuesa<br />

merced qué graciosas eran! Es verdad cierto que el día <strong>de</strong> hoy<br />

estoy sentido <strong>de</strong> las noches que me dormí, pues por el sueño<br />

<strong>de</strong>jé <strong>de</strong> gozar lo que he dicho.<br />

Acuérdome que una noche que me piqué <strong>de</strong> reír y estuve en<br />

vela, dio en que había <strong>de</strong> salir a recibir a una su hermana —que<br />

yo nunca supe que la tuviese—, para lo cual abrió la puerta, y<br />

como diese la luna cerca <strong>de</strong>lla dijo que venía el río crecido, y se<br />

<strong>de</strong>scalzó para pasalle encomendándose a Santiago —y no le<br />

había dos leguas <strong>de</strong> allí, mas tal creciente llevaba él consigo que<br />

le hizo parecer río lo que era luna, y tan caudaloso que le forzó<br />

a <strong>de</strong>snudar y echarse a nado—. Yo salí tras él y también me<br />

<strong>de</strong>scalcé y <strong>de</strong>snudara a no mudar <strong>de</strong> intento, porque era verano<br />

y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> breve tiempo lo había <strong>de</strong> hacer.<br />

Entramos en casa, y cuando pensé que estaba en <strong>de</strong>clinación<br />

la enfermedad, vi que aún no había llegado al aumento; y dice<br />

que su hermana es una gran señora y que la ha <strong>de</strong> poner la casa<br />

como a tal, y el primer oficio que había <strong>de</strong> señalar en ella había

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