Lazarillo de Manzanares
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LAZARILLO DE MANZANARES 61<br />
ni a la ventana miró; que no es menester diligencias algunas<br />
cuando las fortunas se vienen entrando por las puertas a<strong>de</strong>ntro.<br />
Sucedió, pues, en este tiempo (y aquí es don<strong>de</strong> no me queda<br />
<strong>de</strong> hombre más que el tener figura <strong>de</strong>llo), que matasen en la<br />
calle a uno, y, como hallase ocasión para gozar <strong>de</strong> lo que yo<br />
cuidaba la había <strong>de</strong> impedir, juró ansí ella como la criada que<br />
fui yo el que le maté. Estuve por ello dos años en prisión, y<br />
ocho también estuviera si al cabo <strong>de</strong>llos no me dijeran que se<br />
había casado con el paje.<br />
Yo que tal oí, consi<strong>de</strong>rando la hacienda por lo menos que<br />
tiene que per<strong>de</strong>r el que ha perdido el gusto, me llegué con necia<br />
<strong>de</strong>terminación al carcelero, a quien amenazando con una daga,<br />
me hizo patente la puerta, y como fuese bien <strong>de</strong> noche y<br />
obscuro, busqué un barril <strong>de</strong> pólvora y, metiéndole en el portal,<br />
informado que estaba el novio en casa, volé no sólo a ellos y a<br />
ella, mas aun parte <strong>de</strong> la mía, no por los dos años pa<strong>de</strong>cidos,<br />
sino porque no quedase en el mundo simiente <strong>de</strong> agresores <strong>de</strong><br />
maldad tan atroz.<br />
—Digo, señor, que no os entiendo; porque si sentís la ofensa,<br />
ya no está en el mundo quien la cometió y no os quedaron a<br />
<strong>de</strong>ber nada; antes vos sois el <strong>de</strong>udor, pues os la pagó quien no<br />
os la había hecho. Si la quería<strong>de</strong>s bien y eso lloráis, ¿para qué la<br />
matastes? Vengo a pensar que lloráis el día <strong>de</strong> hoy que falte <strong>de</strong>l<br />
mundo. Y <strong>de</strong>cidme, os ruego, si es verdad que sus padres<br />
gustaban <strong>de</strong> haceros su yerno, ¿a cuándo aguardaban los<br />
vuestros a dárosla a vos por mujer, supuesto que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los trece<br />
hay ya muchas casadas?<br />
—Has preguntado agudamente —me dijo—. Y dando<br />
respuesta, digo que yo estudiaba la facultad <strong>de</strong> Cánones y<br />
Leyes, y que era gusto <strong>de</strong> los míos que no me casase hasta haber<br />
pasado y graduádome <strong>de</strong> licenciado, porque <strong>de</strong>cían que en<br />
casándose no se estudiaba. Y yo venía en ello <strong>de</strong> voluntad,<br />
porque cosa que tanto amaba no tuviese algún conqué que me<br />
sisase parte <strong>de</strong>l gusto.