15.05.2013 Views

max-lucado-aplauso_del_cielo-2 - Ondas del Reino

max-lucado-aplauso_del_cielo-2 - Ondas del Reino

max-lucado-aplauso_del_cielo-2 - Ondas del Reino

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Domina las tres «P» <strong>del</strong> mundo empresarial. Prosperidad. Posteridad. Poder. Él es el<br />

joven… dirigente… rico. 1<br />

Hasta hoy, para él la vida ha sido un paseo agradable por una avenida de neón. Pero<br />

ahora tiene una pregunta. ¿Una preocupación fortuita o un temor genuino? No lo sabemos.<br />

Lo que sí sabemos es que ha venido en busca de consejo.<br />

Para alguien tan acostumbrado a dictar órdenes, debe resultarle incómodo tener que<br />

solicitar la ayuda de este hijo de carpintero. Para un hombre de su nivel procurar consejo de<br />

un burdo campesino no constituye un procedimiento común. Pero esta pregunta no es<br />

común.<br />

—Maestro —le pregunta—, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?<br />

Su forma de expresar la pregunta deja en claro su creencia errónea. Piensa que puede<br />

conseguir vida eterna <strong>del</strong> mismo modo que obtiene todo lo demás: por su propia fuerza.<br />

—¿Qué debo hacer yo ?<br />

Jesús: ¿Cuáles son los requisitos? ¿Cuál es el punto clave? Sin vueltas; directo al grano.<br />

¿Cuánto hace falta que invierta para asegurar mi ganancia?<br />

La respuesta de Jesús intenta hacerlo retroceder.<br />

—Si quieres entrar en la vida, obedece los mandamientos.<br />

A ese nivel, un hombre que tuviese al menos media conciencia, habría gesticulado<br />

levantando las manos. «¿Guardar los mandamientos? ¡Guardar los mandamientos! ¿Sabe<br />

usted cuántos mandamientos hay? ¿Ha leído últimamente la ley? Lo he intentado —de<br />

verdad que lo he intentado—, pero no puedo».<br />

Eso es lo que debiera decir el dirigente, pero esa confesión es lo que más dista de su<br />

mente. En lugar de pedir ayuda, toma un lápiz y un papel y pide la lista.<br />

—¿Cuáles?<br />

Moja el lápiz con la lengua y arquea una ceja.<br />

Jesús lo complace.<br />

—No mates, no cometas adulterio, no robes, no des falso testimonio, honra a tu padre y<br />

a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.<br />

«¡Fantástico!» piensa el joven al acabar las anotaciones. «Ahora tengo el examen.<br />

Veamos si apruebo.<br />

»¿Asesinato? Por supuesto que no. ¿Adulterio? Bueno, nada que no haría cualquier<br />

joven de sangre roja. ¿Robos? Un poco de extorsión, pero todo justificable. ¿Falso<br />

testimonio? Mmmmm… sigamos a<strong>del</strong>ante. ¿Honra a tu padre y a tu madre? Por supuesto,<br />

los veo en días feriados. ¿Ama a tu prójimo como a ti mismo…?<br />

—Vaya —sonríe—, facilísimo. He cumplido todos estos. A decir verdad, los he<br />

cumplido desde niño.<br />

Fanfarronea un poco y se engancha un pulgar en el cinturón.<br />

—¿Queda algún otro mandamiento para mí?<br />

Cómo logra Jesús contener la risa, o el llanto, escapa a mi comprensión. La pregunta<br />

que tenía como propósito mostrar al dirigente cuán corto se quedaba sólo logra convencerlo<br />

de su estatura elevada. Es un niño que chorrea agua por el piso mientras le dice a su mamá<br />

que no ha estado en la lluvia.<br />

Jesús va directo al grano.<br />

—Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás<br />

tesoro en el <strong>cielo</strong>.<br />

1 Su historia se relata en Mateo 19 , Marcos 10 y Lucas 18 .

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!