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max-lucado-aplauso_del_cielo-2 - Ondas del Reino

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de un edificio de apartamentos de catorce pisos, lo cual agrega otro grado de intensidad a la<br />

palabra caliente. Durante siete días, entonces, un congelador lleno de comida permaneció<br />

desconectado en una vivienda abrumada de calor. (¿Por qué gruñe?)<br />

Cuando llegamos a casa, Denalyn decidió sacar un poco de carne <strong>del</strong> congelador. Al<br />

abrir la puerta… bueno, no voy a dar detalles de lo que vio, pero sí diré que fue una<br />

experiencia conmovedora.<br />

¿Adivine quién fue señalado como el culpable de haber desconectado el congelador y<br />

por lo tanto el responsable de hacer la limpieza? Lo adivinó. Así que me puse a trabajar.<br />

¿Cuál es la mejor manera de limpiar un interior podrido? Sabía exactamente lo que<br />

debía hacer. Conseguí un paño y un balde de agua enjabonada y empecé a limpiar el<br />

exterior <strong>del</strong> aparato. Estaba seguro de que el olor desaparecería con un buen lustrado, así<br />

que limpié, lustré y pulí. Cuando acabé, el congelador podría haber aprobado una<br />

inspección de reclutas de la Marina. Estaba reluciente.<br />

Pero al abrir la puerta, el congelador me revolvía el estómago.<br />

(Usted se preguntará: «¿Qué clase de tonto haría semejante cosa?» Siga leyendo y se<br />

enterará.)<br />

Ningún problema, pensé. Sabía qué hacer. Este congelador necesita algunos amigos. Yo<br />

también apestaría si tuviese la vida social de una máquina en un cuarto de<br />

electrodomésticos. Así que, hice una fiesta. Invité a todos los electrodomésticos de las<br />

cocinas <strong>del</strong> barrio. Fue una tarea difícil, pero llenamos nuestro apartamento de<br />

refrigeradores, estufas, microondas y lavarropas. Fue una fiesta fantástica. Un par de<br />

tostadoras se conocían de la tienda de electrodomésticos. Todos jugaron a ponerle el<br />

enchufe al tomacorriente y dedicaron algunas risas a las garantías limitadas. Pero las<br />

limadoras fueron las que causaron mayor sensación; tenían gran habilidad para la mezcla.<br />

Estaba seguro de que la interacción social curaría el interior de mi congelador, pero me<br />

equivoqué. Lo abrí, ¡y el hedor era aun peor!<br />

¿Y ahora qué?<br />

Se me ocurrió una idea. Si el pulido no lo lograba y una vida social no era de ayuda,<br />

¡daría al congelador algo de status!<br />

Compré un rótulo adhesivo de Mercedes Benz y lo pegué a la puerta. Le pinté una<br />

corbata colorida con pequeños dibujos en el frente. Le pegué un adhesivo para autos en la<br />

parte posterior que decía «Salvemos a las ballenas», y le instalé un teléfono celular en el<br />

costado. Ese congelador tenía clase. Estaba a la moda. Tenía… estilo. Lo salpiqué con<br />

colonia y le di una tarjeta de crédito para darle importancia.<br />

Después retrocedí para poder admirar al congelador de clase alta. «Hasta es posible que<br />

logres salir en la tapa de la revista Mecánica popular », le dije. Se sonrojó. Después abrí la<br />

puerta esperando ver un interior limpio, pero lo que vi estaba putrefacto… un interior<br />

oloroso y repulsivo.<br />

Sólo se me ocurría una posibilidad más. ¡Mi congelador necesitaba placer de alto<br />

voltaje! Inmediatamente le compré algunas revistas Playfrigerador… la publicación que<br />

muestra congeladoras con sus puertas abiertas. Alquilé algunas películas de<br />

electrodomésticos sensuales. (Mi preferida era The Big Chill [La gran helada].) Incluso<br />

traté de conseguirle una cita con la Westinghouse de al lado, pero ella lo trató con frialdad.<br />

Después de unos días de diversión electrizante a altas horas, abrí la puerta. Y casi me<br />

enfermé.<br />

Ya sé lo que está pensando. Lo único que es peor que el humor de Max es su sentido<br />

común. ¿Quién se concentraría en el exterior cuando el problema está por dentro?

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