max-lucado-aplauso_del_cielo-2 - Ondas del Reino
max-lucado-aplauso_del_cielo-2 - Ondas del Reino
max-lucado-aplauso_del_cielo-2 - Ondas del Reino
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Un detalle singular de ese suéter hace que lo conserve. ¿Qué es lo que tiene de<br />
particular? Primeramente, no tiene ningún rótulo. En ninguna parte de la prenda podrá<br />
encontrar un rótulo que diga, «Made in Taiwan» o «Lávese en agua fría». No tiene rótulo<br />
alguno porque no fue producido en una fábrica. No tiene rótulo porque no fue armado en<br />
una línea de producción. No ha sido producido por un empleado sin nombre ganándose la<br />
vida. Es producto de la expresión de amor de una madre devota.<br />
Ese suéter es singular. Único en su clase. No puede ser reemplazado. Cada hebra fue<br />
escogida con cuidado. Cada hilo seleccionado con afecto.<br />
Y aunque el suéter ha perdido todo su uso, no ha perdido nada de su valor. Es valioso<br />
no por su fundón, sino por su creadora.<br />
Eso debe ser lo que tenía en mente el salmista cuando escribió: «Tú me formaste en el<br />
vientre de mi madre». 4<br />
Piense en esas palabras. Usted fue formado. No fue producto de un accidente. No fue el<br />
resultado de una producción en masa. No es el producto de una línea de montaje. Usted fue<br />
<strong>del</strong>iberadamente planificado, específicamente dotado y amorosamente ubicado sobre esta<br />
tierra por el Maestro Artesano.<br />
«Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras<br />
que de antemano Dios dispuso que hiciéramos». 5<br />
En una sociedad que da poco lugar a los que son de segunda categoría, eso constituye<br />
una buena noticia. En una cultura donde la puerta de la oportunidad sólo se abre una vez y<br />
luego se cierra de un golpazo, eso constituye una revelación. En un sistema que determina<br />
el valor de un ser humano según las cifras de su salario o la forma de sus piernas,<br />
permítame que le diga algo: ¡El plan de Jesús es motivo de gozo!<br />
Jesús le dijo a Juan que se avecinaba un nuevo reino… un reino donde el valor de las<br />
personas no se debe a lo que hacen, sino a quién pertenecen.<br />
La segunda característica <strong>del</strong> reino es tan potente como la primera: «Los muertos<br />
resucitan». La tumba no tiene poder.<br />
El año 1899 marcó la muerte de dos hombres muy conocidos: Dwight L. Moody, el<br />
aclamado evangelista, y Robert Ingersoll, el famoso abogado, orador y dirigente político.<br />
Los dos hombres tenían similitudes. Ambos habían sido criados en hogares cristianos.<br />
Ambos eran oradores habilidosos. Ambos viajaban extensamente y eran ampliamente<br />
respetados. Ambos atraían a inmensas multitudes cuando hablaban y captaban a leales<br />
seguidores. Pero había una notable diferencia entre ambos: su visión de Dios.<br />
Ingersoll era un agnóstico y seguidor <strong>del</strong> naturalismo; no creía en lo eterno, sino que<br />
enfatizaba la importancia de vivir sólo el aquí y el ahora. Restaba importancia a la Biblia,<br />
declarando que «el pensamiento libre nos dará la verdad. Para él la Biblia era «una fábula,<br />
una obscenidad, un embuste, un engaño y una mentira». 6 Era un ardiente vocero contra la<br />
fe cristiana. Declaraba que un credo cristiano «[era] el pasado ignorante que trataba con<br />
prepotencia al presente iluminado». 7<br />
Las convicciones de Dwight L. Moody, contemporáneo de Ingersoll, eran diferentes.<br />
Dedicó su vida a presentar un rey resucitado a un pueblo moribundo. Abrazaba la Biblia<br />
4 Salmo 139.13 , Versión popular.<br />
5 Efesios 2.10 .<br />
6 George Sweeting y Donald Sweeting, «The Evangelist and the Agnostic» [El evangelista<br />
y el agnóstico], Moody Monthly, Julio,Agosto 1989, p. 69.<br />
7 Ibid., p.67.