El Libro De Las Carnes De Calidad Diferenciada - Agrodigital
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Aunque<br />
el concepto y eclosión<br />
de las indicaciones geográficas está muy vinculado<br />
a finales del siglo XX, sus raíces y principales<br />
consecuencias apuntan a tiempos anteriores. Con la aparición<br />
del comercio, el hombre ha pretendido identificar, en el sentido<br />
de singularizar, los productos por su origen. Ya los antiguos<br />
historiadores griegos hacían notar las virtudes de las espadas<br />
de Calcide, de hoja corta y larga empuñadura, llamadas así por<br />
su lugar de procedencia, que fueron utilizadas por los ejércitos<br />
de Alejandro el Magno en su epopeya hacia Oriente.<br />
¿Por qué este nexo del producto con su lugar de producción?<br />
Existe una razón fundamental. La economía desde los albores<br />
de nuestra era hasta que en el Renacimiento se produjo la<br />
expansión de los flujos comerciales, era de base gremial y local.<br />
Por ello los productos eran conocidos por el gremio que los había<br />
elaborado y su lugar de procedencia. Este último, el lugar<br />
de procedencia, era lo que distinguía a unos productos de sus<br />
similares. Al no existir el concepto de “marca” el concepto de<br />
procedencia alcanzaba toda su plenitud.<br />
<strong>El</strong> sistema se mantuvo hasta la Revolución Industrial, al final del<br />
primer tercio del siglo XIX, con la desaparición del sistema gremial.<br />
<strong>El</strong>lo supuso un giro en el sistema de identificación de los productos.<br />
Ya no era tan importante el identificar los productos por su<br />
origen, sino que la nueva industria comienza a identificar los<br />
productos con sus marcas.<br />
<strong>El</strong> nuevo esquema mundial, sin embargo, no olvidó sus orígenes.<br />
Así, el despegue de las marcas como identificadoras del producto y<br />
de su origen empresarial no impidió la consolidación, y por ende,<br />
la defensa de las indicaciones geográficas.<br />
Por ello, los países promotores de la vieja Europa<br />
(entre ellos España y Francia) donde las indicaciones<br />
geográficas forman parte de su patrimonio nacional,<br />
se apresuraron a desarrollar un sistema de protección<br />
de las mismas.<br />
Fruto de estas circunstancias, y ya a finales del siglo XX, la Unión<br />
Europea crea dos distinciones: la <strong>De</strong>nominación de Origen Protegida<br />
(DOP) y la Indicación Geográfica Protegida (IGP). La principal<br />
diferencia entre ambas radica en la vinculación geográfica. Mientras<br />
que en la IGP es suficiente con que una de las fases de producción<br />
esté asociada al medio geográfico, en el caso de la DOP, todas<br />
las fases de producción deben desarrollarse en el mismo área.<br />
En España, al igual que en toda Europa, las carnes de calidad<br />
reconocida están amparadas bajo el sello IGP, ya que resulta casi<br />
imposible que todas las materias primas que se utilizan en la<br />
alimentación de los animales sean de una misma zona de<br />
producción.<br />
Nuestro país cuenta cada vez con más carnes únicas por su origen,<br />
tanto de vacuno, como de ovino, que han sido distinguidas con<br />
el sello de Indicación Geográfica Protegida.<br />
Este reconocimiento europeo de calidad diferenciada es un arma<br />
esencial para el consumidor que garantiza la seguridad, el origen,<br />
el sabor y los valores nutricionales de las carnes que elige. Pero<br />
también supone una defensa de las razas autóctonas del ganado<br />
español y sus sistemas productivos tradicionales, la conservación del<br />
medio ambiente y el bienestar animal, así como el mantenimiento<br />
económico y cultural de las zonas desfavorecidas.