Número 12 - CCH - Universidad Nacional Autónoma de México
Número 12 - CCH - Universidad Nacional Autónoma de México
Número 12 - CCH - Universidad Nacional Autónoma de México
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
al mundo albañiles, abarroteros, curas y<br />
uno que otro buen poeta, podía <strong>de</strong>cirle<br />
falsario a un ganador que, precisamente,<br />
recibía un galardón por obra y gracia <strong>de</strong><br />
cultivar el antiguo arte <strong>de</strong> mentir. Entonces<br />
supe que ya nadie me paraba, y dije:<br />
En esta nación tan pleonástica, en don<strong>de</strong><br />
la gente sube para arriba, baja para bajo y<br />
se regresa para atrás (y me reí recordando<br />
a Guillermo Cabrera Infante, quien ante<br />
la frase “una vez más” se pregunta: ¿existe<br />
una vez menos?), me viene a la memoria<br />
un hermano <strong>de</strong> La Salle, nativo <strong>de</strong> este<br />
pueblo, cuyo nombre es, metafóricamente,<br />
un pleonasmo: Justo Alegre. ¿Por qué?<br />
–dije en el colmo <strong>de</strong> la retórica, quizá con<br />
el afán <strong>de</strong> revivir a los que, azorados, ahora<br />
<strong>de</strong>scubrían a un paisano <strong>de</strong> ultramar y<br />
no les importaba mi pregunta–, porque<br />
el que es justo, tautológicamente, <strong>de</strong>be<br />
ser alegre. De inmediato noté la anuencia<br />
<strong>de</strong>l jurado: la mentira verda<strong>de</strong>ra funcionaba<br />
(accedía a los dinteles <strong>de</strong> los quince<br />
minutos <strong>de</strong> gloria). Y <strong>de</strong>bo aceptarlo, me<br />
solté la rienda: añadí que Justo Alegre,<br />
el hermano Cabito (no medía más <strong>de</strong> 1,<br />
50 centímetros), entraba al aula, como un<br />
gnomo <strong>de</strong>l Pirineo, recitando: “Del salón,<br />
en el ángulo oscuro...” Y, mientras disfrutaba<br />
nuestro asombro, inquiría: ¿Qué es<br />
el arpa? Y nosotros, con once o doce años<br />
<strong>de</strong> ignorancia funcional, nos quedábamos<br />
como yo ante este auditorio: idos. Es el<br />
arte, la literatura, las musas <strong>de</strong> la inspiración,<br />
ahora olvidadas por una sociedad<br />
que ya no lee, y Cabito sonreía como<br />
duen<strong>de</strong> <strong>de</strong>svelado. Otras veces irrumpía<br />
con un “Qué interés te sigue, Jesús mío,/<br />
que a mis puertas cubiertas <strong>de</strong> rocío/ pa-<br />
ritmo / nueva época<br />
imaginación y crítica<br />
sas las noches <strong>de</strong>l invierno a oscuras”. Y<br />
todos en el silencio <strong>de</strong> la inocencia. Éste<br />
es el llamado <strong>de</strong>l numen, <strong>de</strong>l amor o lo<br />
que vosotros consi<strong>de</strong>réis contrario a esta<br />
coña realidad, y ponía cara <strong>de</strong> “cura con<br />
licencia para ser vulgar”.<br />
Y me habría seguido toda la tar<strong>de</strong>-noche<br />
relatando las anécdotas <strong>de</strong> un personaje,<br />
ahora zaragozano, pergeñador <strong>de</strong><br />
mis afanes literarios; pero me di cuenta<br />
<strong>de</strong> que la mejor invención <strong>de</strong>be fenecer<br />
cuando su mundo se cierra en sí mismo, y<br />
entonces concluí: Justo Alegre nunca escribió<br />
ficciones, o al menos no las publicó;<br />
lo más probable es que ya haya muerto,<br />
sin saber que hoy tuvo un pequeño homenaje<br />
por mi parte. Finalmente, y perdónenme<br />
el cinismo, no estoy seguro <strong>de</strong><br />
que su origen fuera maño. No obstante,<br />
me gustaría que uste<strong>de</strong>s se llevaran la<br />
certeza <strong>de</strong> que él existió, para bien o para<br />
mal, con o sin creencias religiosas; pero <strong>de</strong><br />
cualquier modo, Justo Alegre representa<br />
para mí ese exilio que <strong>de</strong>sangró a la mejor<br />
España, pero hoy me trajo ante uste<strong>de</strong>s.<br />
Gracias.<br />
Andy Wharhol se refocilaba en mí.<br />
Si el premio al advenedizo ya tenía su<br />
justificación, aún faltaba recibir los parabienes<br />
<strong>de</strong> los jueces y, por supuesto,<br />
la indagatoria sobre mi personaje “Justo<br />
Alegre”: Ramón Acín, que por este<br />
momento abandonaba la historia <strong>de</strong> sus<br />
mujeres, configuró un árbol genealógico<br />
a partir <strong>de</strong>l apellido Alegre, colocando su<br />
tronco en un héroe <strong>de</strong> la batalla <strong>de</strong>l Ebro.<br />
José Giménez Corbatón, basándose en<br />
La fábrica <strong>de</strong> huesos, esperaba saber <strong>de</strong>l<br />
infante “Justo” para acercarlo al <strong>de</strong>venir<br />
Ritmo<strong>12</strong>.indd medio oficio.indd 15 14/08/2009 <strong>12</strong>:<strong>12</strong>:46 p.m.<br />
15