Monedas regionales - Kennedy Bibliothek

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BERNARD LlETAER Y MARGRIT KENNEDY
Sin embargo, existe un peligro: que el euro se convierta en
un grillete institucional. Se empieza a percibir en varios países
—tanto a la izquierda como a la derecha del espectro político- que
el euro es visto como antidemocrático y como generador de una
constricción presupuestaria intolerable, hasta el punto de evocar
la nostalgia hacia las monedas nacionales.
Recordemos que la era post-industrial impuso cambios
estructurales difíciles de prever, y todavía más difíciles de administrar.
En tal contexto, una estrategia de flexibilidad que
permitiera a los nuevos actores explorar nuevos enfoques, así
como experimentar nuevas soluciones descentralizadas, sería la
vía hacia el futuro (ver capítulo 4).
Recordemos igualmente lo esencial de nuestra proposición
en una sola frase: los europeos estarían en mejor situación —en
periodos de boom económico, y todavía más en el caso de recesión
o de depresión- con el euro y los regios que jamás lo hubieran
estado con las monedas nacionales. Tal aproximación proporcionará
más flexibilidad económica y liberará más creatividad y
potencial democrático que cualquier otra.
Sin embargo, hay un peligro evidente de que esta estrategia
sea ignorada o paralizada a priori porque parezca demasiado novedosa,
o porque no encaje cómodamente en la ortodoxia monetaria
de nuestros días. La amplitud de la ignorancia en la materia parece
ser total: entre las centenas de millar de libros y de referencias
escritas en todas las lenguas sobre el desarrollo de las regiones que
se pueden encontrar en la biblioteca del Consejo de las Regiones
en Bruselas, no se encuentra una sola referencia o aparición con
las palabras clave "monedas regionales". Es más, si nunca el fenómeno
Regio ha llegado a ser suficientemente significativo para
instaurar una diferencia, se podría temer la incomprensión por
parte de los expertos monetarios convencionales, e, incluso, un
ataque por parte de los bancos centrales (ver capítulo 6).