Monedas regionales - Kennedy Bibliothek

BERNARD LIETAER V MARGRIT KENNEDY
Un modelo de desarrollo adaptado a la sociedad de la
información
Debemos este primer argumento a un hombre increíble:
Toshiharu Kato, que ha realizado la mayor parte de su carrera
en el METÍ (antiguo MITI), el Ministerio japonés de Economía,
Comercio e Industria. Este ministerio es el punto estratégico de
engarce entre el sector público y el sector privado en Japón. A
finales de los años 80 del siglo XX, después de haber trabajado
durante más de veinte años en la función pública, Toshiharu
Kato llegó a ser presidente del Consejo de Administración de la
Cámara de Industria y Servicios del METÍ, y después presidente
del Finanríal Supervisión Committee, la autoridad de control de los
mercados financieros, que cuenta con el derecho de seguimiento
del funcionamiento del yen. Esta trayectoria dota a sus planteamientos
de un importante poder de persuasión.
En 1993, Toshiharu Kato decidió algo excepcional en Japón:
hacer una pausa en su carrera. Su objetivo inicial era instalarse en
los Estados Unidos para observar personalmente dos modelos de
desarrollo económico fundados en la innovación high-tech: Silicon
Valley y la carretera 128 (que debe su nombre a una carretera en
las inmediaciones de Boston en el Estado de Massachussetts).
Varios grandes grupos industriales se habían instalado allí a finales
de los años ochenta del siglo XX, atrayendo a una multitud de
pequeñas empresas próximas a universidades prestigiosas como
Harvard o el MIT, permitiéndose beneficiarse de estudiantes con
un excelente nivel de formación. Silicon Valley, en el otro extremo
de los Estados Unidos, responde a la concentración geográfica
de pequeñas firmas informáticas high tech y de empresas de capital
riesgo alrededor de la universidad de Stanford, en un valle al
sudeste de San Francisco.
Después de este estudio comparativo, Kato llegó a la conclusión
de que el modelo de desarrollo descentralizado presentado
por Silicon Valley —por el que un gran número de pequeñas
empresas tejen entre ellas una red extremadamente tupida de re-