Monedas regionales - Kennedy Bibliothek

MONEDAS REGIONALES.
NUEVOS INSTRUMENTOS PARA UNA PROSPERIDAD SUSTENTADLE
millón de tickets de transporte y 1.200 toneladas de productos
alimenticios. En el transcurso de tres años, los varios cientos de
escuelas de estos barrios han depositado más de 200 toneladas
de desechos a cambio de 1.900.000 cuadernos escolares. Para
poder hacernos una idea, el volumen de papel así reciclado ha
permitido salvar 1.200 árboles al día.
La intención de Lerner no era otra que introducir un sistema
de monedas complementarias. Su equipo y él mismo, antes que
nada, han mostrado un gran pragmatismo y han utilizado los
medios a su disposición para resolver los problemas a los que
se enfrentaban. Esto ha tenido un efecto inesperado: instaurar
un verdadero sistema de moneda complementaria que, desarrollándose,
ha permitido tratar con eficacia los problemas de la
aglomeración de Curitiba. Lo que comenzó como un programa
de recogida de basuras y de salud pública, se ha ido estructurando
poco a poco en un sistema completo de gestión del transporte
y de otros problemas como el desempleo. Los habitantes de
Curitiba probablemente no estén más dotados que el resto,
pero, analizando sus problemas de forma global y sistémica, han
desarrollado, casi sin saberlo, un sistema monetario capaz de
mejorar la situación.
Las consecuencias económicas de este sistema se reflejan
en las cifras. La renta media en Curitiba es 3,3 veces más alta
que el salario mínimo del país. La renta real es aún superior al
30%, es decir, equivale a cinco veces el salario mínimo. Esta
diferencia del 30% pone de manifiesto la existencia de rentas
que no son monetizadas pero que toman la forma de productos
alimentarios. Curitiba dispone de las redes sociales más densas
del país, así como de programas educativos y culturales únicos
en su género. Incluso desde un punto de vista macroeconómico,
se ha producido un auténtico milagro en Curitiba. Entre 1975
y 1995 el producto social bruto por habitante ha aumentado
un 75% más rápidamente que en la provincia de Paraná en su
conjunto, y un 48% más rápidamente que en el resto del país. Y
la diferencia permanece hasta nuestros días: entre 1992 y 1995
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