Monedas regionales - Kennedy Bibliothek
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BERNARD LIETAER Y MARGRIT KENNEDY<br />
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Las viejas civilizaciones estaban obsesionadas por el temor a las catástrofes<br />
naturales: temblores de tierra, inundaciones o hambrunas. En general,<br />
los hombres afrontaban estos temores de dos maneras. Personificando<br />
las fuerzas de la naturaleza mediante divinidades, de las que se obtenían<br />
favores a través de ritos y cultos, y constituyendo comunidades solidarias<br />
con el objeto de superar la debilidad del individuo de cara a los golpes del<br />
desuno. Nuestras sociedades contemporáneas también se ven afectadas<br />
por miedos a fuerzas que no controlan: un crash financiero, el desempleo, la<br />
evolución tecnológica y los riesgos que comporta, el cambio climático o la<br />
mundialización. El progreso de la ciencia nos ha hecho perder la creencia en<br />
la mitología, y tenemos que gestionar nuestras angustias psicológicamente.<br />
Pero, más grave aún, también hemos dejado que se degrade la solidaridad<br />
comunitaria.<br />
Vemos que algunas experiencias de monedas complementarias permiten<br />
recrear comunidades locales. Es a menudo el objetivo principal y el resultado<br />
efectivo de estas iniciativas.<br />
"desarrollados" y a los que se encuentran en vías de desarrollo.<br />
En definitiva, debemos considerar a todos los países como "en<br />
vía de desarrollo" en una era postindustrial.<br />
Podríamos encontrar un cambio de paradigma económico<br />
de similar magnitud en el periodo de transición entre el final de<br />
la era agraria y el crecimiento de la era industrial. Este tipo de<br />
transición no se producirá sin dolor. Recordemos la suerte de<br />
los campesinos y aparceros en el fin de la era agraria. Incluso la<br />
de los propietarios de tierras, que constituían entonces la élite,<br />
que vieron reducidos gradualmente sus valores, su poder y sus<br />
tradiciones a la insignificancia.<br />
La economía japonesa tiene cosas que enseñarnos: ha sido la<br />
primera en sufrir el síndrome del fin de la era industrial a inicios<br />
de la década de los noventa. Es interesante advertir que, después<br />
de haber agotado sin éxito todos los métodos tradicionales de relanzamiento<br />
de la economía, Japón está experimentando de forma<br />
sistemática la aplicación de monedas complementarias y <strong>regionales</strong>:<br />
este país se ha convertido de este modo en un importante labo-