Monedas regionales - Kennedy Bibliothek

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BERNARD LIETAF.R Y MARGRIT KENNEDY
La tendencia actual a la centralización monetaria encuentra
sus orígenes en las aspiraciones de control de los
poderes centralizadores, inicialmente los de los reyes, y
después los de los Estados-nación, y finalmente los de
los países con aspiraciones de hegemonía mundial. La
homogeneización monetaria ha facilitado de forma incontestable
los intercambios en la escala correspondiente
a cada una de estas etapas, pero tiene cada vez menos
capacidad de administrar sobre el terreno los problemas
que se manifiestan en las economías regionales o locales.
Disponemos, por tanto, de precedentes históricos que
muestran de forma convincente que las monedas regionales
bien administradas pueden circular en paralelo con
monedas nacionales, y, sobre todo, supranacionales, sin
generar inflación o crisis monetaria.
- Al mismo tiempo, el poder financiero muestra una tendencia
a concentrar en un número cada vez más reducido
de centros de decisión que paulatinamente se alejan de la
vida cotidiana de los ciudadanos. El futuro monetario de
un agricultor lemousin no se decide en nuestros días ni en
su departamento ni en París, ni incluso en el Banco Central
Europeo en Francfort, sino en Pekín, donde se decidirá
hasta qué punto China quiere continuar acumulando sin
fin dólares cuyo valor se deprecia año tras año.
- Sin embargo, en el contexto de una crisis financiera mundial,
la responsabilidad de administrar las consecuencias
sociales, así como la de buscar soluciones innovadoras
para los problemas que aquélla conlleva, no vendrá de
Pekín o de París, sino de la comunidad local o regional.
Existe pues una disimetría entre los medios de acción
y las responsabilidades. Mostraremos en los siguientes
capítulos que existen instrumentos monetarios que serán
indispensables para la escala de una región con objeto
de afrontar los desafíos del siglo XXI. Sería legítimo
pedir, a los que pretenden justificar la continuación del