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Informe del prior provincial • 2008 29
IV. Pastoral Vocacional
“Hay diversidad de carismas,
pero un solo Espíritu” (1Cor 12,4)
“Les ruego, hermanos, en nombre
de nuestro Señor Jesucristo y por el amor
del Espíritu Santo, que luchen
junto conmigo, intercediendo ante Dios
por mí” (Rm 15,30)
“Esperando contra toda esperanza,
Abraham creyó y llegó a ser padre
de muchas naciones,
como se le había anunciado” (Rm 4,18)
Una de los Encuentros de los EAVs de España
Al principio de 1998 salía a la luz el documento
Nuevas vocaciones para la nueva
Europa, fruto del congreso de Europa del
año anterior. Se abre con la acción de gracias
del inicio de la Carta a los Efesios en recuerdo
de la historia de la Iglesia en este continente.
Luego define el propio congreso como un acontecimiento
de gracia y declara que el compartir
fraterno y el intercambio de experiencias y trabajos
“confirmaron la voluntad de continuar
trabajando con pasión en el campo vocacional,
a pesar de la precariedad de los resultados en
algunas Iglesias del viejo continente”.
La precariedad en Europa para nosotros es
drástica: ni en el noviciado ni entre los profesos
simples hay en este momento vocación alguna.
Esta situación es más llamativa en el caso de
España, el país más fecundo vocacionalmente
en nuestra historia; no hay un solo aspirante o
postulante de origen español; Inglaterra, por
ejemplo, con mucha menos presencia católica
en general y de la Orden en particular,
cuenta con uno.
Son muchas las causas que se
han aducido para explicar esa
realidad, no las repetimos aquí,
pero sí pedimos ser conscientes
de ellas para no desalentar a
quienes hacen lo posible en la
promoción vocacional. Pero no sirven para justificar
a quienes juzgan el trabajo de los otros sin
colaborar en nada, o a quienes por un desacuerdo
con los programas del Secretariado se
inhiben de colaborar y, al mismo tiempo, tampoco
hacen nada desde sus propios criterios.
IV. Pastoral Vocacional
Da la sensación de que
a muchos les falta
el “trabajo con pasión
en el campo vocacional”
En Europa, 151 religiosos de votos solemnes
están en 18 comunidades; son casi la mitad de
los profesos solemnes, que residen en un tercio
de las comunidades. Creo que es sano plantearnos
algunas preguntas respecto a nuestro empeño
-el de todos- en la promoción vocacional.
Muchos trabajan con dedicación en el ministerio,
pero también da la sensación de que a
muchos les falta ese “trabajo con pasión” del
cual habla el documento conclusivo del Sínodo.
Desgraciadamente también hay quienes se
manifiestan decididos a no esforzarse en este
campo, convencidos de que tendrá nula eficacia.
En muchos más puede darse un bloqueo,
una paralización, un derrotismo; dudan y se preguntan:
“¿podemos confiar en nuevas vocaciones
para la vida consagrada agustino-recoleta
en una sociedad y en un mundo como el de
Europa?”
La respuesta está al comienzo del documento
(número 3), en el hilván que sirvió de unión a
todo el proceso del sínodo y de
la elaboración del documento:
“Una esperanza más fuerte que
todo temor y toda duda, esperanza
que sostuvo la fe de nuestros
hermanos de las Iglesias del
Este en los tiempos en que lo
difícil y arriesgado era creer y
esperar, y que ahora se ve premiada con una
nueva floración de vocaciones”. Esperanza que
se manifiesta en nosotros en la continua petición
a Dios por las vocaciones, y en la colaboración
decidida, personal y comunitaria, en la
tarea.